Kogi: un genio gastronómico sobre ruedas

Por Molly Solem

Cuando vi el programa “Ugly Delicious” en Netflix, aprendí que el camión de tacos Kogi es una parada imprescindible en la escena de comida en Los Ángeles. Después de oír la descripción de sus tacos como “portable vessels of love” (Ugly Delicious), supe que tenía que irme. Manejé con mi amiga Lena a Palms, donde está situada la taquería. Como era un día bellísimo, manejamos a la playa en Manhattan Beach y comimos nuestra comida en estilo picnic.

Compartimos la quesadilla de kimchi además de tacos de tofu, pollo, cerdo picante, y pequeña costilla. Aunque todo sabía muy rico, la quesadilla de kimchi fue mi favorito. El ácido del kimchi junto con la blandura del queso fue una combinación muy única. No esperaba el nivel de sabor envuelto en esta tortilla—los vegetales del kimchi fueron cocinados perfectamente, con especias que los hicieron un poco amargos y agrios.

Nunca había probado nada similar. Pero probablemente es por una buena razón: Kogi es un pionero de la comida creolizada. En su sitio de web hay una descripción de sus orígenes que dice “Kogi set off a flavor bomb that would shake up the foundations of the industry so that Street food would never be looked at the same way again” (“About Kogi”). Kogi innovó un tipo de comida completamente nuevo, un menú que combina las partes mejores de dos culturas para hacer algo magnífico. Como dice el chef y fundador del camión Roy Choi en el programa “Ugly Delicious,” “when you eat it, it doesn’t taste Korean or Mexican. It just tastes good” (Ugly Delicious).

Kogi puede existir gracias a la cultura de globalización que existe en Los Ángeles. LA es una ciudad de inmigrantes, y Choi no es una excepción. Nacido en Seoul, Choi innovó con la comida cuando mudó a Los Ángeles (“About Kogi”). Kogi fue su manera de compartir la cultura coreana, específicamente la barbacoa coreana, en una manera familiar y accesible a los angelinos: los tacos. Kogi es una fusión de las tradiciones de Korea y México que adaptó a la identidad y los gustos de la gente de Los Ángeles. Es un ejemplo perfecto de la globalización – la extensión de diferentes culturas entre si mismos.

Como Kogi ha convertido en una destinación muy popular con todo tipo de gente –especialmente con los gringos—es posible considerarlo como un contribuidor a la gentrificación. Como dice Mikki Kendall en un tuit, “Cuando hablamos de #gentrificaciónalimentaria estamos hablando de las consecuencias que tiene el hecho de que la comida característica de comunidades pobres se ponga de moda” (Peñas). Cuando un forestero trae comida nueva a un lugar con tradiciones alimentarias profundas, la comunidad local no siempre lo recibe muy bien. Hay mucho miedo de ser desplazado y de perder la cultura local.

Si Kogi era un restaurante normal y no un camión, yo podría pensar la misma cosa. Pero Kogi está en un lugar diferente cada día. No está subiendo los precios de alquiler, ni sacando trabajos de la gente que vive cerca, ni haciendo un impacto a largo plazo en las culturas de los barrios donde opera. Un artículo sobre la gentrificación urbana dice que “food becomes both a marker of to whom the neighborhood now belongs, while also ironically acknowledging to whom it used to belong” (Sbicca, Alkon, and Kato). Yo creo que la moda de operación de Kogi hace que la comida fusión mexicana-coreana pertenezca a varias comunidades tras la ciudad de LA. A la misma vez, su presencia siempre es temporal, pues no saca la cultura ni la identidad de las comunidades que visita.

En mi opinión, Kogi contribuye más a la genteficación, o la revitalización de una comunidad por alguien “adentro” de esta comunidad. Aunque Roy Choi no nació en LA, todavía es un angelino. Está usando su creatividad y sus habilidades para estimular la escena gastronómica tras toda la ciudad de Los Ángeles.

Para mi, Kogi fue una experiencia divertido e interesante. Ojalá que mi visita reciente no sea mi última excursión ahí. Como Kogi opera en tantas regiones diferentes de la ciudad, ofrece una experiencia compartida por muchos angelinos. Es un ejemplo de cómo la fusión de la comida puede contribuir a la unificación de la gente. Hoy en día, eso es algo muy necesario.

Fuentes

«About Kogi.» Kogi BBQ Taco Truck & Catering. 23 June 2020. Web. 25 Feb. 2021.

Peñas, Esther. «La ‘gourmetización’ De Las Ciudades.» Ethic. 11 Feb. 2019. Web. 25 Feb. 2021.

Sbicca, Joshua, Alison Alkon, and Yuki Kato. «In Changing Urban Neighborhoods, New Food Offerings Can Set the Table for Gentrification.» The Conversation. 05 Jan. 2021. Web. 25 Feb. 2021.

Ugly Delicious. Netflix. Web. 24 Feb. 2021.

Apropiación Cultural en Los Angeles y los EEUU por Evan

Cuando era niño, siempre íbamos a un restaurante de sushi, pero era una experiencia muy diferente que otros restaurantes japoneses.  Todos los trabajadores de los chefs a los meseros no eran japoneses sino mexicanos.  Siempre fue chistoso ir a un restaurante y comer muy buena comida japonesa, pero nunca oír nada de japonés todo el tiempo.  En el contexto de la clase, esto puede ser un ejemplo de apropiación cultural, pero yo no creo que esto sea el caso.  No pienso que haya limitaciones en cuales trabajos debes tener basado en raza.  Si eres mexicano y quieres ser chef de sushi, no me importa nada; debes lograr este sueño.  Lo importante en esta situación es como se presenta el tipo de comida y si es honesto o no.  El restaurante a que iba muchas veces no presentaba como restaurante “fusión” mexicana y japonesa, presentaba como restaurante de sushi y nada más y en este respeto, tuvo éxito.

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Estoy de acuerdo con el artículo del Atlantic en que tenemos tanta gente diferente aquí en los Estados Unidos que siempre hay una mezcla.  Puedes encontrar cada tipo de fusión aquí y también cada tipo de comida con influencias de muchas partes.  Bayless dice que esta fusión es una forma de traducir, y creo que es una buena manera de decirlo.  El restaurante de sushi fue una forma “traducido” pero, en mi opinión, mantenía su autenticidad en la comida también.

Un ejemplo de apropiación cultural que he visto durante este semestre fue cuando fui a EscaLA para mi presentación sobre la comida de Colombia.  No sabía que fuera un restaurante de fusión hasta que llegara allí, pero aparentemente es un restaurante de fusión colombiana y coreana.  Después de ver la carta, me di cuenta de que no tenían nada coreana en el menú, tampoco en el ambiente.  Además, usan una imagen de un hombre asiático como su logo.  Creo que la única razón que se llama coreana es porque está ubicada en Koreatown y tienen que caber bien entre restaurantes de KBBQ y bares de Karaoke.  Por eso, creo que es un ejemplo de apropiación cultural que no tiene ningún sentido culturalmente y solo es para negocios.

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Hay muchos ejemplos que hemos visto de apropiación cultural, pero también hay ejemplos que realmente no son escándalos grandes.  Hay que reconocer cuando eres capaz de hablar sobre un tema con ramificaciones culturales grandes e importantes.  Yo reconozco, como un hombre blanco, que muchas veces no tengo el derecho ni la habilidad de hablar sobre problemas muy grandes, pero intento educarme y leer mucho de ellos para que pueda seguir y añadir un poco a la conversación, reconociendo que mi voz no es la más importante.

Cultural Appropriation: A Complicated Issue by Brandon Towers

The idea that the United States is a “melting pot” of cultures and peoples is something that I, and many others, were taught as kids. The melting pot is a result of many different types of people coming together, mixing, becoming, and adding to the culture of the United States. While this sounds great in theory, I learned a few years ago that this actually is not a great metaphor for how immigrants have assimilated into the U.S. It was brought to my attention that the cultures in the U.S. combine more like a salad rather than a melting pot. Salads have many distinct pieces that form the whole dish. It is not a homogenous soup like a melting pot, and I believe this is a better reflection of the U.S. as a whole. The different groups of people all contribute to the whole in different ways. If the melting pot metaphor was correct, I’m not sure cultural appropriation would exist because we’d all be just further contributing to the same larger culture that we make up. In a theoretical melting pot, any American could represent the food or culture of another group because that group would have contributed to the larger American culture. Would that not give them the right to speak about another groups culture?

As far as who has the right to represent the food and culture of a country, I think the right to decide who gets to belongs to those people. This doesn’t mean only those people do represent their country/culture in that way, just that they also get to decide whether or not those who are from the outside can also do so. For example, my opinion on who should or should not be able to cook Korean food should not really matter. However, if it were about a cuisine that was more closely linked to my family history then my opinion should hold more weight. Of course it is still possible for a chef to cook food from a culinary background that is not their own, it just has to be done in the right way. This sentiment is shared by Han Ly Hwang, a Korean chef who said in an interview with Vice “Realmente no me interesa si preparas comida coreana sin ser coreano, pero hazlo con respeto y que sepa bien. Conozco chefs que hacen comida coreana maravillosa y no son coreanos. Pero se distinguen por haber realizado investigaciones sobre esta gastronomía, respetan los sabores y saben lo que están haciendo.” A chef has to treat the food with respect, and spend time really getting to know flavors and ingredients and different pieces of the cuisine that make up the larger culture. And it’s not always easy to know when someone does that. It’s much easier and faster to look at someone and say “what could this white dude know about Korean food?” than to look up someone’s backstory and figure out why they are cooking that type of food.

I don’t think that a chef cooking food from a different ethnic background is necessarily cultural appropriation, but I also don’t fully agree with the alternate given in the article from the Atlantic. Someone commented on the Oberlin college controversy by saying “Mixing and matching and intermingling and borrowing and stealing and creating new traditions out of whole cloth is what America does, and in my view, it is the encapsulation of what is best about this country …” I agree that mixing and borrowing and stealing is what America does, but I don’t think it necessarily is what makes this country great (in this case). Of course the mixing of the many unique cultures in America has given rise to fantastic fusion food as well as many other great things. But it’s not like these people had the right or duty to take things from other cultures and “improve” on them. And only a few of the people that do sort of co-opt food from outside of their background do actually impact the greater culture. We all would have been just fine without the newest take on pho or whatever dish is the next “big thing.”


Some chips and salsa from my meal at Frontera Grill in Chicago

I’m huge a fan of Rick Bayless’s food. His restaurants in Chicago are some of my favorites to go to. There is a Frontera Grill in the Chicago O’Hare airport, and it is legitimately my favorite part about traveling. I haven’t eaten anywhere else in O’Hare in years. I wasn’t previously aware of some of his insensitive comments. It seems like saying dumb things must run in the family, because his brother, sportscaster Skip Bayless, has made a living uttering some of the most ridiculous and inflammatory sports takes on national television (I could write a whole different blog on him). That point aside, I do think Rick Bayless has the right to cook mexican food. Going back to what I mentioned earlier, I know he truly and deeply appreciates Mexican culture and food. It’s not like he saw some emerging trend in Mexican food and decided to capitalize on it. He lived in Mexico, he speaks Spanish. He’s not pretending to be Mexican or fronting as if the culture is his own, and he’s taken the time to learn about it and learn from it.

I do agree that Bayless is translating this food for an American audience, but I do also believe that “all translation is a loss.” It is impossible to take food from a different part of the world and bring it someone far away and still preserve the exact same flavors and sentiments. For one part, you are literally losing the terroir of that region when transporting the food (either through preserving it while it is shipped or cultivating it somewhere else). You can translate some dishes really well, but it won’t ever come across the exact same way. I more or less agree with everything in Professor Portnoy’s book about Bayless as well. He has made some dumb and insensitive comments, but he has contributed a lot to mexican food and culture status in America and his food is amazing in my opinion. I don’t believe that some of the criticism against him is a form of racism. I think it is more due to his privileged attitude and the insensitive and unaware comments he makes. The fact that he had not previously thought about how being white could have given him some advantages in his career (from the podcast) is telling about the kind of person he is.  For me, the background of the chef cooking my food is not that important. So while I don’t agree with some of the stuff Rick Bayless has said, I will probably continue to eat at Frontera Grill every time I am at the Chicago airport.

One of the three Frontera Grill restaurants in Chicago O’Hare airport

To quote an article from NPR, “ Columbusing is when you «discover» something that’s existed forever. Just that it’s existed outside your own culture, nationality, race or even, say, your neighborhood.” I couldn’t think of a better way to say it myself. I wish I had more context for Petersen’s article, but it did not seem like columbusing to me. I absolutely think it is possible for a non-latino to write about latino food. They just have to do it in the right way. It is very similar to what was mentioned earlier about how chefs have to approach food from outside of their background. The writer should not frame the food as some “new trend” or use different terms for the foods instead of the original ones (translating or using new and traditional terms together is fine). Just pay homage to the culture that creates the food, and don’t sensationalize it.

I can relate to the banh mi situation, but from the reverse perspective. The first time I tried banh mi was in the Cafe 84 dining hall. It was soggy bread with a gross vegetable slaw. It was not good, and I did not like it at all. A couple years later I visited Vietnam during my semester abroad. I was apprehensive to try banh mi, but it only took one bite for me to realize what I had at USC was not banh mi at all. I had one or two a day for the remainder of my trip there. I do agree with the student from Oberlin. It is wrong to take modified heritage food and label it as authentic. I don’t have any issue with modifying the food, but presenting it as authentic is disingenuous and wrong. It goes back to how the chefs have to treat the food and culture with respect, and in that case they did not do that.

At least in my experience, the fusion food I have encountered does not seem like a product of racism but it might be a form of cultural appropriation. I haven’t done the necessary background research on the chefs or owners to determine if they are culturally appropriating, but my gut feeling is probably a few of them are just exploiting the current popular food trends for a quick buck. They might not be as invested in the culture and history of the food and just want to profit off of it. On the other hand, Taco Bell seems like a better example of cultural appropriation. I don’t think it’s a product of racism, but after learning the founder’s story in this class I definitely think it’s borderline appropriating. To me, Glen Bell’s story seems similar to that of the girls from Kooks Burritos. He got some Mexican chefs to show him how they made their tortillas, and then he took that idea and started his own restaurant in a predominantly white area of Los Angeles. According to Professor Portnoy’s book he then “constructed his restaurants with a Mexican “theme park image using faux adobe walls” and a “mission-style bell tower” that gave its customers a sense of the restaurant’s authenticity.” So he took the tortilla, added his own fillings, and then passed it off to consumers as authentic Mexican food. It seems like cultural appropriation to me, and the food has only been further altered as time has gone on. And I’m sure his restaurants inspired a whole new generation who believed they “columbused” tacos as well. This doesn’t mean I don’t eat at Taco Bell, or that I’ll never go there again. But going forward I’ll probably be more conscious of where I’m eating and the culinary history of the food and chefs as well.

Blog #3: La comida de fusión

Esta semana, fui a la Kogi Taquería para disfrutar los tacos de Roy Choi de Kogi BBQ. Había querido a visitar Kogi después de leer la lectura de Jonathan Gold de Smithsonian.com, donde él describe la comida de Kogi como, “…edible symbols of L.A.’s famous cross-cultural inclusiveness, dripping plates of food drawn straight from the city’s recombinant DNA.” Me gusta Los Ángeles porque hay muchas culturas diferentes aquí y la comida en esta ciudad es un producto de innovación. En Minnesota, donde yo soy, hay diversidad entre la gente y las culturas, pero, en mi opinión, Los Ángeles es una ciudad única.

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El mostrador a Kogi Taqueria en Palms.

Roy Choi es de Seoul, Corea y llegó en Los Ángeles en los años 1970s cuando era niño. Roy Choi combina su herencia de la cocina coreana con su años de, “…walking the streets of Los Angeles,” (Portnoy and Pilcher). Choi ha describido su comido como, “This is what Los Angeles tastes like.” Su marca es sus tacos de pequeña costilla, en el estilo de barbacoa coreana con un condimento de cilantro-cebolla-limón y una vinagreta de chile-soja. Con su taco, Choi ha combinado los sabores de la barbacoa coreana con el taco de la cocina mexicana y los vende en una versión gentrificada de la lonchera. Hoy, Roy Choi tiene cuatro camiones de Kogi, en adición a sus restaurantes Alibi Room, A-Frame, Pot, y un restaurante de la comida de las camiones de Kogi.

 

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La entrada de Kogi y mi amiga se llama Emma.

En su artículo sobre Kogi de Jonathon Gold, y en la lectura de Portnoy y Pilcher, ellos hablan sobre la existencia de la separación de los raíces con la camión de Kogi. Oliver Wang, un profesor de CSU Long Beach, estudió las rutas de las camiones de Kogi y descubrió que estas camiones de fusión entre Corea y México evitaron barrios típicamente mexicanos como Boyle Heights en East L.A o el sur de Los Ángeles. Su revelación: los clientes generales de Kogi son Anglos y asiáticos. Las divisiones sociales todavía existen en Los Ángeles. Pienso que Roy Choi ha transformado la cultura de la “comida de la calle” en Los Ángeles con su camiones o luxe-loncheras después de la recesión financiera en los E.E. U.U. Sus contribuciones son monumentales, pero también muestran las divisiones que aún existen y el progreso que se va a realizar.  

 

En el restaurante Kogi Taquería, se ofrece los platos originales de Kogi, pero también más opciones. Todos los tacos y burritos pueden ser pedido en el estilo original de Kogi, con el condimento de cilantro, cebolla, y limón, o en la estila taquería. Pedí el combo número dos (tres tacos y una bebida) y yo pedí todos mis tacos en el estilo original de Kogi. Ser honesta, esta decisión fue un error porque no leí el menú antes de pedir. Pero, estaba alegre porque quise probar el taco original que causó a Choi la gloria.

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¡Qué rico!

Pedí dos tacos de la pequeña costilla y uno de cerdo picante. La comida fue lista rápidamente pero solo recibí tres tacos de la pequeña costilla y nunca de cerdo picante. Fue un error, pero tenía mucho hambre y estaba contenta a comer tres tacos de la pequeña costilla. Fui con tres de mis amigas, y todos probamos platos diferentes. Mi amiga pide tres tacos también, pero en el estilo de taqueria. Para pedir los tacos en este estilo, el nombres son en español. Por ejemplo, carne asada para el “short rib”, aunque el tipo de la carne es el mismo y la marinada es distinta. La guarnición es diferente para estos tacos, con salsa verde, los rábanos, y una salsa de cilantro y cebollas.

 

Me encantó mi comida – la carne era tierna y húmeda. La comida fue lista rápidamente pero en mi opinión, sentí fresca. Las dos tortillas de maíz eran crujientes pero duros al mismo tiempo y eran tibias como si acabaron de partir de la parrilla. Había mucha lechuga encima de los tacos pero yo comí cada último bocado. ¡Qué rica! Después de probar Kogi, entendí la fama y el éxito de Roy Choi.

Entrada #4: La Comida Fusión

Visité The Bun Shop en Koreatown. Es un restaurante que comenzó como un food truck llamada The Bun Truck. En mi opinión, este restaurante representa comida fusión. En el articulo de Portnoy y Pilcher, la cocina es descrito como una metáfora poderosa que puede representa momentos de “cultural encounter.” Portnoy y Pilcher describe el movimiento de fusión Pacifico como derivando de “the intersection of consumer desire for a particular form of exoticism.” Roy Choi y Ricardo Zarate son ejemplos de cocineros que cocinan comida fusión y esta comida es una representación de su pasado, su crianza y su herencia. Al mismo tiempo pienso que su comida refleja su espíritu empresarial entregando comida que será popular y considerado deseable en Los Angeles.

The Bun Shop es un restaurante de fusión Coreano y sirve una variedad de bao buns que son servidos con diferentes carnes y salsas. Por ejemplo probé:

Spicy Pig que es un bao bun con cerdo, vegetales, cebolletas, pepinos, y las salsas de siracha y tzatiki

Temp Veg que es un bao bun con un aguacate de tempura, tomate, cebollas, pepinos, vegetales, cilantro y ajolio de jalapeño

Katsu que es un bao bun con pollo empanado, vegetales, ensalada de repollo y salsa barbacoa asiática

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De la Izquierda a la derecha: Spicy Pig, Katsu, Temp Veg

The Bun Shop representa una mezcla de Korean BBQ y comida Mediterráneo. Los bao buns están llenos de carne marinado en el estilo Coreano para la cual el chef de cocina es conocido. Él fue al escuela culinaria en Nueva York y trabajó en un restaurante conocido allí un rato. The Bun Shop tiene una atmósfera casual. Los dos hombres que crearon The Bun Truck y The Bun Shop crecieron como americanos coreanos trabajando en Detroit. Veo el restaurante como principalmente Coreano con un poco de la fusión de Mediterráneo que vemos con el uso de la salsa tzatziki. También lo creo es un restaurante de fusión en el sentido que usa muchas técnicas y sabores diferentes. Por ejemplo pienso que bao buns al vapor son natales de China, también usan tempura, salsa diferentes, verduras encurtidas y ensalada de col.

Este restaurante es muy popular. Es pequeño y tiene la sensación de un bar pequeño. The Bun Shop es definitivamente popular entre una muchedumbre mas joven que les gustan buscar restaurantes de moda. También están abiertos tardío que atrae a la gente mas joven que busca comida tarde por la noche. Los fundadores del restaurante describen su comida y estilo como una representación de, “where we come from and where we are today.” En este sentido representa las influencias diferentes que ellos han experimentado. Uno puede argumentar que sus bao buns representan un “melting pot” de culturas diferentes.

Es diferente de Mariscos Jaliscos porque sus antecedentes son diferentes, la manera en que los dos promocionan sus negocios es diferente, y la comida que ellos venden es diferente. Mariscos Jaliscos es arraigado en tradición y autenticidad mientras el objetivo de The Bun Shop es ser innovador y combinar sabores diferentes y atrae una muchedumbre mas joven mientras metiéndose al corriente de nuevas tendencias. Ninguno es mejor que otro en mi opinión, solo son diferentes.

Las loncheras enfrentan muchas dificultades en Los Angeles. El municipio de Los Angeles ha estado tratando de restringir loncheras. Hay vistas que loncheras se amontan las calles y aceras. La gente también argumenta que ellos son antihigiénicos y compiten injustamente con restaurante y por lo tanto tiene una ventaja injusta. Pero en realidad son opciones baratas para consumidores. También cumplen con las regulaciones de licencias comerciales y las loncheras son empotrados en la cultura de Los Angeles. Quizás el deseo de regular loncheras viene de sentimientos contra de inmigrantes y de latinos. También parece reflejar un prejuicio contra aquellos de un estado socio económico inferior.

Mientras loncheras están siendo denunciados y regulados, los food trucks de comida fusión y los twitter trucks como The Bun Truck y The Bun Shop no reciben crítica.  Este demuestra a mi como la cultura es entrelazada con la comida y el estatus en nuestra sociedad.

#8 La última reflexión

Durante esta clase, tenía muchas oportunidades para explorar el mundo culinario en la ciudad de Los Ángeles. Desde mi primera visita a un restaurante salvadoreño hasta la excursión a LACMA con mi clase, cada semana era una aventura nueva. Sí, había momentos cuando llegaba tarde al sitio debido al tráfico. Y sí, me disfrutaba escribir algunos blogs más que otros. Pero cuando relejo sobre este semestre, pienso que todos los momentos eran muy divertidos o educativos.

 

Para mí, una de las mejores experiencias fue cuando nuestra clase visitamos Mariscos Jalisco. Mi parte favorito sobre Mariscos Jalisco fue la comida (tacos dorados) y la historia personal de Raúl Ortega. El sabor de los tacos dorados era rico debido al aguacate y la salsa encima de la comida. Aunque la comida era deliciosa, lo que es más importante recordar la lucha de las loncheras y los vendedores ambulantes. La policía no debe quitar los equipos de estos vendedores ni da multas tampoco. Las loncheras son un parte importante de la cultura de Los Ángeles. Por eso, la gente debe protegerlas.

También, me gustaba escribir el quinto blog sobre la experiencia ficticia de una madre en el Sur de Los Ángeles. El momento que entendía la lucha de algunos madres fue el momento cuando necesite caminar el 1.3 millas a mi apartamento. No quería esperar 35 minutos más por el autobús.  El transporte público no es fiable y eficiente para las personas sin acceso a un coche. Por consiguiente, si fuera una madre del Sur de Los Ángeles ahora, no sabría cómo dar comida saludable a mis hijos.

Para resumir, estoy muy agradecida por estas oportunidades para aprender algo nuevo y profundo sobre la ciudad de ángeles. Comía muchos platos deliciosos y tenía un buen tiempo con mis condiscípulos. Encontré un amor por esta ciudad a través de esta clase. Por eso, como Jonathan Gold dice en el documental, City of Gold, “»I can’t tell you how much I love Los Angeles”.

Kogi – Fusión Coreano Mexicano

La ciudad de Los Ángeles siempre ha sido el epicentro de la mixtura cultural en California. Como una de las areas metropolitanas más grandes del mundo, esta ciudad es el hogar de gente de muchas orígenes étnicos. Según los últimos datos del censo, la población de Los Ángeles está compuesta por gente de 140 países, que hablan 224 idiomas. Este alto nivel de solapamiento cultural ha llevado a la creación de muchos tipos diferentes de «cocina de fusión.» Uno de los tipos de cocina de fusión más conocido es la comida coreano-mexicano, popularizado por Roy Choi y las camiones de comida de Kogi.

La camión de comida de Kogi
La camión de comida de Kogi

Según las lecturas de Portnoy and Pilcher que leímos esta semana, la cocina de fusión es cocina de una mezcla de orígenes, que tiene una percepción de ser exótico, y en el caso de Kogi, tiene también la imagen de “comida callejera.”

Como uno de las primeras camiones de comida fusión en Los Ángeles (y seguramente la primera coreana-mexicana) Roy Choi ha mezclado dos culturas muy distintas a través de la remodelación de los platos mexicanos más básicos: tacos, burritos, y quesadillas. Adoptando los ingredientes tradicionales de Corea y colocándolos en estos platos mexicanos, Choi ha creado su propia comida y ha puesto en marcha un movimiento de de comida callejera de fusión aquí en Los Ángeles.

Esta semana tuve la oportunidad probar la comida de Kogi por la primera vez (tuve buena suerte porque la camion llegó a donde trabajo.) Pedí los tacos de costilla corta (“short rib”) y una quesadilla de kimchi. Los tacos eran delicioso, mezclando sabores mexicanos (tortillas de maiz, salsa roja, cilantro, y limón) con sabores coreanos (ternera barbacoa, vinagreta de soja y chile) en una manera que nunca había probado antes. Añadí mucha salsa de Sriracha por más especia, especialmente a la quesadilla de kimchi (que, en mi opinión fue un poco soso, con demasiado mucho queso.) Pero aunque no disfruté la quesadilla tanto como los tacos, me gustó toda la comida, porque fue tan diferente a otras comidas que había tenido.

Los tacos de costilla corta  (con Sriracha, cilantro, limón, y salsa roja)
Los tacos de costilla corta (con Sriracha, cilantro, limón, y salsa roja)

La quesadilla de kimchi (con salsa roja y Sriracha)
La quesadilla de kimchi (con salsa roja y Sriracha)

La idea de Kogi es muy diferente que las ideas de las otras camiones de comida que he visitado. Esta semana, visitamos a la camion de Mariscos Jalisco, que es una camion de comida mexicana, sirviendo comida tradicional de Jalisco, México. Mientras fue excelente (con los mejores tacos de camarónes y la salsa más picante que he probado en mi vida,) es una experiencia completamente diferente a la experiencia de Kogi. Se puede encontrar tacos de marisco en cualquier camión de comida o restaurante en Los Ángeles – con niveles diferentes de calidad, por supuesto. Pero no se puede encontrar la comida que hacen en Kogi en cualquier otro lugar.

La carta de Kogi, con muchas opciones interesantes de cocina de fusión
La carta de Kogi, con muchas opciones interesantes de cocina de fusión

Aunque hay imitadores, la comida de Kogi es la comida que inició el movimiento de comida callejera de fusión en esta ciudad, y por eso se ha ganado su popularidad. Para tener éxito en la industria de camiónes de comida, que antes se consideraban de clase baja y fuera de moda por la gente de Los Ángeles, Roy Choi tenía que usar su conocimiento de la calle y su espíritu empresarial a reinventar la camion de comida por una generación más joven, más de moda, y más pobre. Tomando prestado de la cultura «lonchera,» Choi ideó un sistema de camiones de comida que viajaría por toda la ciudad, revolucionando la industria. Creo que la percepción en el pasado se forma por una falta de voluntad de la gente de Los Ángeles para ver las camiones de comida como algo más que proveedores de comida de baja calidad. Y afortunadamente hoy porque del trabajo de Roy Choi y otros cómo él, esta ya no es el caso. Recomiendo que todos visitan a esta camión, para la comida interesante y también porque puedes comer una parte de la cultura culinaria de Los Ángeles.

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#4 – La Distinción entre la Fusión y la Apropiación

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Pasaba el fin de semana pasada en Michigan para presentar en una conferencia de los estudios coreanos. Mientras estaba allá, pensaba mucho en el intercambio cultural. El papel que presenté era sobre las comunidades en línea de K-popers—los fans latinos de K-pop. Cuando pienso en las interacciones entre América Latina y Corea, pienso primero en la comida como un punto de encuentro. Disfruto mucho las creaciones culinarias de Roy Choi, quien describe su comida como una representación de Los Ángeles, y estoy de acuerdo. Pilcher y Portnoy usan los exitosos y (en un caso) fracasos de Roy Choi y Ricardo Zárate para ilustrar la fusión. Definen la cocina generalmente como una metáfora de la identidad, y cuando dos culturas se interactúan, esta interacción puede crear una fusión buena de sus ingredientes y métodos de cocinar.

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Fui al Chego con un amigo de Corea el abril pasado.

Como soy una fan de Roy Choi, he visitado muchos de sus establecimientos, y cuando alguien me pide una recomendación de un buen restaurante en Los Ángeles, siempre respondo con Chego o Kogi porque pienso que son establecimientos únicos que representan la diversidad de esta ciudad. Tengo respeto por Roy Choi porque anuncia su comida como algo angeleno y hace esfuerzos para ofrecer algo a la comunidad—su trabajo con Locol en Watts por ejemplo y su “fast food revolution.” Está usando sus recursos para levantar el espíritu a la comunidad de Los Ángeles.

Como he pasado la mayoría del fin de semana y aún la semana pasada en Michigan, no tenía la oportunidad de probar un lugar nuevo de fusión en Los Ángeles. Sin embargo, me topé con la fusión afuera de Los Ángeles, y este encuentro me interesaba también. Me presentó un taco durante una cena en un restaurante japonés con el Instituto de Estudios Coreanos. Se llama “Hamachi Taco,” y describe como “a tartare of yellowtail and truffle-soy in a taro root shell.”

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Este taco me parece… ofensivo. El “taro root shell” en vez de una tortilla era ilógico. Se desmoronó en mis manos antes de podía probarlo. Disfruto el pescado. Era como un ceviche con un sabor ácido, pero no entendía la inclusión de un tomate. Era una combinación muy insensible, y aunque no era repugnante, no ordenaría este taco otra vez.

Soy una defensora de la fusión—especialmente en Los Ángeles donde muchas culturas diferentes se interactúan. En algunos sentidos, toda comida es una fusión considerando las adaptaciones inevitables de ingredientes que han inmigrado a través de fronteras. Sin embargo, no toda fusión es buena. Y no se deben combinar todos ingredientes para crear fusión. Si alguien tiene un entendimiento de los ingredientes específicos de las culturales, es más posible que puede crear fusión efectivamente y con respeto—como Roy Choi, quien se inspiró por los restaurantes diversos de Los Ángeles. Doy la bienvenida a la fusión como una representación de dos o más culturas en un lugar, pero no me gusta el forzar de dos concinas juntos para aprovechar la moda de fusión sin respeto por las culturas que los ingredientes representan. En estos casos, la fusión no es una metáfora de la identidad pero apropiación por las ganancias.

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Mi plato favorito de Chego–el «chubby pork belly bowl.»

Cha Cha Chili: Comida Fusión

 

Antes de hablar sobre mi experiencia esta semana, voy a discutir el concepto de comida fusión. En la lectura de Portnoy-Pilcher hay mucha discusión sobre el concepto de fusión en Los Ángeles. En mis propias palabras, la mejor descripción de comida fusión es una mezcla de culturas a través de la platforma de la cocina. El cocinero, Roy Choy dice: “This is what Los Angeles tastes like’… Convenience foods are now more typically associated with supermarkets and fast food restaurants, but the availability of ingredients and the ease of preparation can also be a motivation for culinary mixing. Comfort foods may derive from familial connections and lowbrow connections, including the use of a taco filled with Korean barbecue”(20).

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La Bandera de Cha Cha Chili

Visité el restaurante Cha Cha Chili este jueves con mis amigas Jennie y Marisa. Cha Cha Chili es un restaurante de fusión que mezcla la cocina coreana y mexicana. La bandera en el exterior del restaurante dice: Korean BBQ Tacos and Hamburgers. Es un restaurante muy casual. No hay reservaciones y es como un mezcla entre una lonchera y un restaurante. Digo esto porque Cha Cha Chili es muy pequeño y los visitantes ordenan la comida en una ventana como si estuviera pidiendo en una lonchera. Pero en realidad todavía es un restaurante porque no se mueve y hay mesas para sentarse.

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El Interior de Cha Cha Chili

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El Exterior de Cha Cha Chili

Me gusta Cha Chili mucho. Hay platos muy interesantes como el Kimchee Quesadilla con kimchi picante y jack y cheddar queso o el Korean Philly Cheese Steak con en rodajas finas de ternera marinado en nuestra casa adobo de Corea, cebollas caramelizadas, jalapeños a la plancha y mayonesa picante en un baguette recién horneado. En mí opinión Cha Chili mezcla la comida rápida de México y Corea que se ha americanizada. Hay quesadillas, tacos y cuencos teriyaki en el menú- comidas que son populares en Los Estados Unidos.

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El Menú de Cha Cha Chili

Por ejemplo, mi amiga Marisa y yo comimos una chimichanga de tofu y una chimichanga de carne. Mi otra amiga Jennie comió un cuenco de teriyaki. Pienso que esta mezcla entre comida rápida que se ha americanizada es popular porque los platos son combinaciones de comidas con que estamos familiarizados. Queremos probar los comidas porque aunque son diferentes no son completamente desconocidos a nuestros.

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Yo y Mi Chimichanga

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Las Chimichangas

Parece que Cha Cha Chili es un restaurante que es popular con personas entre los edades de 15 y 35. No vimos a nadie muy jóvenes o mayor. Cha Cha Chili es diferente de Mariscos Jaliscos porque es un restaurante estacionario de fusión. Mariscos Jaliscos es una lonchera que tiene un menú limitado a comida de Jalisco. No me malentiendes, las loncheras son fantásticas y representan una parte de la cultura de Los Ángeles muy importante. Las loncheras son los camiones de comida originales. Tienen una historia y conexión a la comunidad mexicana en Los Ángeles. Pero las loncheras han tenido muchos problemas. Las loncheras están en competencia con restaurantes tradicionales y por eso se comparan con los restaurantes tradicionales. Debido a esto, muchas personas dicen que las loncheras no son restaurantes legítimos porque pueden moverse. La calidad de la comida y el aseo de las loncheras se cuestiona demasiado. Personas dicen que las loncheras pueden contribuir al crimen en la comunidad también.

 

 

 

 

 

 

Kogi: La Fusión de Los Angeles

Blog Número Cuatro

un taco de Kogi en el museo MOCA / D. Solomon

Gustavo Arellano, autor de “Taco USA,” cree que la historia de comida mexicana es, en parte, la historia de “trends.” Que la gente – frecuentemente angla, no latina – busca lo más innovadora, lo más único de la cocina. Muchas veces, busca lo más autentico, también. Pero en 2008, el nuevo “trend” fue Kogi Korean BBQ. No por su autenticidad, sino por su mezcla inesperada de tacos mexicanos con carne y condimentos coreanos. Comida “fusion” no fue nada nuevo para Angelenos – piensa, por ejemplo, en Chinois on Main, el restaurante famoso de Wolfgang Puck que mezcla cocina china con técnica francesa, establecido en 1983. Y en Little Tokyo, un lugar pequeño llamado La Chicken había hecho tacos con sabores japoneses por años antes. Pero Kogi fue una revelación para muchos. Creo que la ubicación de Kogi tuvo algo que ver. O, en verdad, su falta de ubicación. Kogi no es un restaurante “brick and mortar,” sino un camión. Lo que los mexicanos y latinos en Los Angeles llaman una “lonchera.” No nos gusta decirlo, pero loncheras – a pesar de su popularidad con la escena de los bares de la vida nocturna – tradicionalmente han sido asociadas con la gente trabajadora y pobre. Seguir leyendo «Kogi: La Fusión de Los Angeles»