Por Jonah Vroegop
¡Hola a todos! Me llamo Jonah y soy del cuarto año de un programa de neurociencias y espanol. Mi país de origen es Holanda – soy Holandés (si alguien se gustaría practicar su holandés, dígame).
En todos los lugares que he vivido, comida del estilo latina como los tamales, loncheras, etc. no habían disponible con frecuencia. La comida de la calle Holandés es también barata, sencilla, y de ingredientes europeos tradicionales como salchicha, pescado, papa, y salsa. Hay algunas similitudes entre los platos de Holanda y la comida latina, pero por el gran parte son muy diferentes. Sin embargo, es esencial notar que la comida está preparada con ideología similar – sirven ingredientes locales y los preparan rápido. No utilizan nunca maíz, masa, o ingredientes indígenas de América y sirven un paladar europeo. Los que prueban la multitud de comidas Holandés vienen a entender los sabores de Europa del Oeste en dos formas. Primero, la comida sana – sabores de pescado, res, caballo, y cerdo con especial “nederlandse kruiden”( especias de Holanda), sirve con puré de papa o verduras de temporada. Y otro, la comida dulce. Dulces son las comidas más “holandés” y son de abundancia. Hay pasteles y rosquillas famosas de Holanda y los sabores son distintos del resto del mundo. Algún tiempo pruebo esos sabores, imagino la lluvia ligera y cielo nublado, los canales, y la gente Holandés. Esas sabores son más que solo comida – son una representación de la gente que los preparan y una forma de expresión y orgullo. Los sabores son poderosos para recordar la historia, especialmente de un país con historia de imperialismo como Holanda. Es probable que los sabores que asocio de mi país paternal sean de otro origen mundial. De esta manera, comer comida Holandés es también probar comida de Escandinavia, Africa, Alemania, y Asia del sur. La historia de la comida y cómo la gente la come nos muestra cómo la comida global adopta una forma regional y que “autenticidad” no tiene umbral rígido.
Diría que el tamal de Holanda es “Hollandse nieuwe”. Es un arenque fresco que está comida sin calentar o cocinar y con cebolla cruda picada. El pescado se captura localmente en una determinada época del año y se sirve fresco – un trozo de pan es opcional. Cuando uno se come ‘hollandse nieuwe’, no usan platos o utensilios – solo levanta el pescado por encima de la cabeza y da un mordisco hacia arriba. Es posible que comer pescado de esta manera sea más extraño a los extranjeros que comer chapulines. Estoy de acuerdo con Heldke sobre los sabores fuertes y que a veces dan un sentimiento abrumador de extrañeza. Dijo “evidence suggests that the terrors and delights of the tongue affect [foreigners] so dramatically that their memories remain sharp even years later”. Comer “Hollandse nieuwe” en la manera tradicional sin utensilios podría sorprender a un turista de regreso a su hotel. Aunque es experiencia única y extraño, es importante recoger el papel de la comida tradicional como la puerta a una cultura nueva.
Sin embargo, la experiencia es lo más importante en la cultura Holandés tambien. Es oportunidad para pararse en frente de un vendedor y comer un bocadillo o almuerzo con amigo o compañero de trabajo. En una manera similar a Los Ángeles, hay muchos turistas que están probando las comidas extranjeras. Aun para ellos como para los holandeses, es oportunidad de comer por menos y disfrutar los alimentos locales. La extraña experiencia de comerse un pescado entero une a las personas y me hace sonreír cuando veo a los turistas comiendo comidas extrañas holandés porque muestra su respeto por nuestra cultura.
Para probar una comida nueva, compre algunos platos de Chichen Itzá Restaurant. Los sabores de Chichen Itzá representan el Yucatán y la costa de México del sur. Las ingredientes comunes del menú son tortillas de maíz, frijoles negros, y carnes de pollo, pavo, y cerda. Sus tamales y tacos brillan en el menú con una variedad de opciones por relleno, salsa, y estilo. También venden su propia salsa picante de pimiento habanero que parece muy popular. Una sorpresa para mí era encontrar un queso famoso holandés en su menú que se llama edam. Sorprendido de todas las opciones del menú, me pedí un plato de tacos de cochinita pibil y una torta de pollo. A mi sorpresa, el restaurante se quedó sin tacos de cochinita pibil y tuve que pedirme pollo en los dos – la cochinita pibil debe ser buena! Los tacos eran muy buenos con sabor fuerte del pollo y sazonado muy bien. El pollo no estaba sobrecocido o duro y ofreció un sabor bien redondeado en combinación con el aguacate y las cebollas en vinagre. Y el tesoro del plato – las tortillas. Son hechos de maíz y les parecen frescos. Cuando pienso en la “autenticidad”, la tortilla parece la parte del taco más esencial y esos estarían a la altura de cualquier umbral. Y solo probar una variedad del menú, me pedí una torta de pollo también. Incluso fresco “pan francés” cubierto con pollo asado, frijol negro, aguacate, cebolla asada, y especial “chiltomate” salsa. En comparación a los tacos, esta pollo fue un poco más gruesa (no picada o destrozada) y por eso más difícil cocinar perfectamente. Los sabores del aguacate y frijol se llevaron bien y las cebollas picadas asadas añadieron un buen “crunch” a la torta. La comí sin parte del pan arriba en estilo “open-faced”. Una ración de ensalada de papa y chips de tortilla acompañó a la torta y tambien sabían bien.
Aunque fue una experiencia con un “culinary other” para mí, de la comida no recibí una sensación de “staged authenticity” como escribe Profe Portnoy. La comida fue sencilla, rica con sabor, y no pretendía ser otra comida. Por eso, diría que eran platos “auténticos” pero como hemos leído, no significa nada. Para un yucateca, es posible que esa experiencia provocaría un sentimiento diferente. Como escribió Heldke, encima del poder de sabor es una comprensión del yo y cómo el yo siempre será diferente de los otros. Comiendo esa comida rica me hace pensar en la cultura de que viene y provoca una apreciación por la cultura de dónde viene esos platos.
Heldke, Lisa. “But Is It Authentic: Culinary Travel and the Search for the ‘Genuine Article.” The Taste Culture Reader, 2005, pp. 385–394.
Korsmeyer, C. (2017). The taste culture reader: Experiencing food and drink. London: Bloomsbury Academic, an imprint of Bloomsbury Publishing PIc.
Portnoy, S. (2015). Authenticity of cuisines. The SAGE Encyclopedia of Food Issues. doi:10.4135/9781483346304.n35