Vamos al Flavortown: Un cuento de descubriendo las especias y el sabor por Max M

Mi familia es del medio oeste de EEUU por algunas generaciones. Mis padres crecían en Iowa, y después de se movieron unas pocas veces alrededor del país, se establecieron en los suburbios de Chicago. Mi familia es étnicamente europea, con una variedad de ancestros, pero nos identificamos sólo como americanos del medio oeste porque han sido al menos tres generaciones de mi familia en esta región de EEUU. Mis abuelas, quienes tenían madres inmigrantes, todavía hacen su comida ‘tradicional’ como “German spaghetti” y “Swedish cakes,” pero no pienso que esta comida es tradicional en lo más mínimo. La cultura de la comida de mi familia es al principio comida cómoda, con muchos ingredientes principales como mantequilla, queso, y pan. Durante mis años jóvenes, me gustaba mucho la comida de mi familia, pero cuando aprendí a cocinar cuando tenía 15 años, me di cuenta que a nuestra comida le faltaban muchos sabores y especias que me encantaban. Por ejemplo, una de mis abuelas sazona su comida con sal y pimienta, y la otra solo con poquita sal. Me tomó años hasta me di cuenta que cuando mi madre hacía tacos (gringosos, además), ella las tiraba las especias del taco y los cocinaba sin las. ¡Qué blasfema! Ahora, yo cocino los tacos y agrego mi propia mezcla de epecias.

El plato más cercano del tamal en mi cultura es el perrito caliente de Chicago. Similar a los vendedores de perritos calientes en Los Ángeles, están en casi cada calle de la gran ciudad, y una variedad en mi pueblo de Libertyville. A diferencia de los perritos angelinos (con tocino, pimientos y cebollas asadas), los perritos de Chicago tienen condimentos como pepinillo, tomate y cebolla fresca, chiles en escabeches, y mostaza. Tiene un sabor fresco con mucho tacto de vegetales en cada bocado, y es la primera comida que como cada vez que regreso al medio oeste. Mi lugar favorito se llama Portillos, y hay una en Buena Park si estás allí un día! Esta comida refleja las varias culturas de Chicago, y viene de los inmigrantes de Austria y Alemania judios. Hay la opinión en Chicago que la salsa de tomate (ketchup) es inaceptable para un condimento, y muchos vendedores están tan orgullosos que no la venden nada. Esta opinión, a muchos, es lo que te hace un Chicagoano y refleja la identidad de la ciudad, orgulloso y obstinado. Para mi, hay algunos sabores que me identifico porque los uso o agrego en todo que como, como ajo, cebolla, cilantro, y tomate. Estos ingredientes forman las cosas más ricas en mi opinión, y no quería vivir sin los.

Los tacos que comí (y un de mi amiga para el espectáculo).

Para mi experiencia de taquear, visité la lonchera llamada Tacos Tamix, al lado de la gasolinera Mobil en Hoover. Mi buena amiga me dijo sobre este lugar, y ella lo encontró después de leer un blog sobre los tacos. Esto me recordó la influencia que los food blogs pueden tener en las costumbres de la gente en probar cosas nuevas (como lo mencionó en el libro). No hay mucha información sobre la lonchera en la red, pero encontré un artículo que describe los tacos como los de la ciudad de México y representa tacos tradicionales. Cuando la visité, había pensado en mi “food voice” y como es normalmente. Yo pienso que soy aventurero cuando voy a restaurantes, porque muchas veces pruebo algo nuevo. Esta vez, pruebo cuatro tacos: dos al pastor (mi favorito usualmente), una carnitas, y una asada (tuve que después de ver los videos). El espacio del Tacos Tamix es muy simple pero eficiente, hay la troca y algunos asientos, y es todo. Los tacos han servido como otros vendedores de la calle: un montículo de carne encima de dos tortillas de maíz, con extras (esenciales en mi opinión) como cebolla, cilantro, y varias salsas. Los tacos al pastor fueron mis favoritos, porque tienen el tacto crujiente y combinado con la piña fresca y los extras, fue una experiencia de tantos sabores y tactos explotando en cada bocado. No tuve la oportunidad de hablar con los vendedores porque ellos estaban ocupados con otros clientes, pero me di cuenta de que los precios han aumentado recientemente (porque los precios viejos estuvieron cubiertos). Todavía, los precios son bajos según estándares de Los Ángeles a dos dólares por taco. Este me recordó de la historia de los padres de Carlos Salgado en el libro quien “were working in a system that did not value Mexican food and thought it should always be cheap. As a result, they struggled to make a profit selling dollar or fifty-cent tacos.” Esto es lo que imaginé que ocurrió en este lugar. Ellos querían mantener el precio bajo por sus clientes leales, pero es difícil hacerlo y ganar dinero. Este ejercicio me hizo pensar en cosas que antes no había pensado, como mi voz de comida y pensar como los vendedores son diferentes que los del medio oeste. ¡Yo recomiendo mucho la lonchera Tacos Tamix si quiere una experiencia de tacos tradicionales con muchas opciones de carne excelente!

Referencias:

Albala, Ken. “A Theory of Gastronomy.” Three World Cuisines: Italian, Mexican, Chinese, AltaMira Press, 2012, pp. 1–27.

Elliott, Farley. Al Pastor Battle in Los Angeles: Tacos Leo vs. Tacos Tamix, seriouseats.com, Aug. 10, 2018, https://www.seriouseats.com/los-angeles-al-pastor-battle-tacos-leo-vs-tacos-tamix

Portnoy, Sarah. Food, Health, and Culture in Latino Los Angeles, Rowman & Littlefield Publishers, 2016. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/socal/detail.action?docID=4756736.

Las enseñanzas fuera de la clase: Mi viaje a Escuela Taqueria

Por Carlota Baird

Un poco sobre mí

Soy una chica nacida y criada en el gran estado de Tejas en la ciudad multicultural de Houston.  Mis padres ambos son de Houston, Tejas, y por eso les encanta comer todas tipas de cocinas desde italiano, japonés, barbacoa, y nuestro favorito, Tex-Mex. Como dicho en la lectura “Comida de película: Identidades culturales,” el autor proclama que “las zonas fronterizas producen nuevas cocinas que siguen las fluctuaciones de las demarcaciones nacionales y que reflejan la formación de identidades propias” (Gómez-Bravo 114). Estas nuevas cocinas resultando por la frontera entre Tejas y México han creado una cultura única y especial para el mundo que conocemos como Tex-Mex. Cuando estaba una niña, mis padres siempre enfatizaban la importancia de los alimentos nuevos y exóticos y decían a mi hermana, Berkeley, y yo probar todos y cada uno de un tipo de comida, especialmente porque vivimos en la escena gastronómica culturalmente más diversa de los Estados Unidos. Si no nos gustaba, podíamos escupirlo, pero siempre teníamos que probar lo que nos ponían delante porque la mayoría del tiempo, Berkeley y yo descubríamos que nos gustaría. Cuando éramos jóvenes comimos todo tipo de platos extraños desde ancas de rana hasta picaduras de caimán. En corto, soy una persona de mente muy abierta con una identidad culinaria diversa quien le encanta probar comidas nuevas e interesantes.

¡Yo no tengo preferencias alimenticias, me gusta comer de todo!

El obsesión con el café

https://www.nespresso.com/coffee-blog/origen-del-cafe

Ante todo, el café es una bebida sagrada para mi familia. Desde que era joven, siempre he visto a mis padres beber una taza todas las mañanas, y en mi tercer año de escuela secundaria, me uní a su amor por el café. Hoy, religiosamente hago mi famosa “charlatte” todas las mañanas. Me despierto entre las siete y las ocho y hago mi café de especialidad con mi máquina de Nespresso. Pongo el colágeno en polvo, canela, stevia y crema de caramelo salado espumado. El café es una bebida muy central para muchas familias en los Estados Unidos. Originalmente con raíces africanas y latinoamericanas, el grano de café se ha convertido en un alimento central para el americano promedio. Muchos americanos que trabajan necesitan al menos una taza de café para comenzar su día, proporcionándoles un aumento sustancial de la cafeína para su día de trabajo largo por delante. Con mi preferencia para sabores dulces y salados, mi “charlatte” es una reflexión de mi cultura americana y mi crianza con alimentos dulces y salados. 

Mira este TikTok para ver como hago «the charlatte».

https://vm.tiktok.com/TTPdh6QDUD/


El viaje a Escuela Taqueria

Una noche de martes, el dieciocho de enero, mi buen amigo de Houston, Matthew, quien también asiste a USC, y yo condujimos a Beverly Grove para probar su lugar favorito de tacos en todo de Los Ángeles, Escuela Taqueria. Había oído cosas buenas sobre este restaurante mexicano local, fue emocionada probarlo, pero era un poco escéptica. Soy de Tejas y tengo expectativas muy altas de lo que un taco bueno y sabroso debería probar. Sin embargo, estaba lista para devorar algo de comida mexicana. El exterior del edificio era un hermoso rosa claro con una pintura decorativa de “escuela contra nadie” escrita en rojo y azul claro sobre la entrada. Había un par de mesas ocupadas en el patio exterior y sólo dos mesas ocupadas cuando Mateo y yo fuimos a siéntese.

Cuando nos sentamos, Matthew y yo pedimos un montón de platos para dividir, ya que me encanta comer en un estilo de tapas para que todos podamos probar muchos tipos de platos juntos. Pedimos guacamole y salsa para empezar, y luego tuvimos un taco de carne asada, jamón y queso, poblanos, carnitas, y costilla de cerdo todo con una tortilla de maíz con un lado de elote y frijoles refritos. El guacamole fue muy simple pero tradicional y la salsa tenía una patada picante. Para los tacos, ellos eran maravillosos. Mi favorita era el taco de costilla de cerdo, porque tenía un sabor dulce mezclado con la tortilla de maíz. Pero también, me encantaba el taco de carne asada, originario de las partes del norte de México, que tenía un sabor crujiente con las cebollas y un sabor ácido agudo con la lima. Podía oler las especias de la carne y me hizo la boca agua. El elote continuó la explosión de sabor mientras mezclaba los granos de maíz dulces con la textura suave y salada de los frijoles refritos. Matthew le gustaba el taco del jamón y queso porque tenía una increíble combinación de sabor con el queso derretido afilado, jamón crujiente y salado y con el equilibrio del aguacate. ¡Se comió tres! 🙂

https://www.instagram.com/escuelataqueria/

https://www.instagram.com/charlottafood/

Como dicho en un episodio de Netflix “Ugly Declicious”, “With a taco, there is more deliciousness per square inch” (Ugly Delicious). Con mi experiencia en Escuela Taqueria, estoy de acuerdo de que un taco es una comida sabrosa que puede dar una experiencia transformadora. Enfatizado en la lectura de Gómez-Bravo, platos que combinan alimentos básicos son representativos de un país, pero con las influencias de culturas diferentes en Los Ángeles, la evolución del taco es único para cada restaurante y cocinero y representa la intersección entre tradición y innovación (Gómez-Bravo 116). En resumen, recomiendo Escuela Taqueria a cualquier persona – el menú es muy extenso y por eso todas personas pueden encontrar algo que les gustaría y salir satisfechas de su experiencia increíble de taquear. 



Fuentes

Gómez-Bravo, Ana M. Comida y Cultura En El Mundo Hispánico = Food and Culture in the Hispanic World. Equinox Publishing, 2017. 

“Ugly Delicious ‘Tacos.’” Netflix, https://www.netflix.com/watch/80191117. Accessed 25 Jan. 2022. 

#4 Kikiz: La Lucha de Loncheras

Las campanas de la iglesia de Santa Inés tañeron la hora mientras yo pedí un burrito de carnitas de una lonchera al otro lado de la calle. Yo esperé para mi comida y miré a la primera gente que estaba llegando a la iglesia para la misa en español a las seis. Detrás de mi fue el aparcamiento de Ralph’s con todo su ruido y gente preocupada con su quehaceres. Pero entre los dos, unos pies del tráfico ocupado de Vermont, fue una burbuja de paz, una lonchera que se llama Kikiz. A las cinco de la tarde solo yo y otro hombre estuvimos allí. Yo había visto esta lonchera muchos tiempos pero nunca pensaba en lo por mucho tiempo. Esto es indicativo del problema que muchos loncheras tienen en muchas partes de Los Ángeles. Particularmente en un lugar como USC, el encanto de las loncheras está superado por las “luxe loncheras.” Pero la vida difícil por las loncheras no es algo nuevo.

Según a Portnoy, la lucha de loncheras y vendedores del calle ha sido ocurriendo por más de cien años. Hoy en día, las leyes restringen la ubicación de loncheras en unos ciudades, como Beverly Hills, pero por lo general loncheras tienen mucha libertad para hacer negocios en cualquier parte de cuidad que quieren. No fue el caso hace ocho o nueve años. Actualmente, la lucha de todas loncheras y Kikiz en particular tiene un enfoque en dos cosas. Primero, la lucha entre loncheras y restaurantes y después entre loncheras y luxe loncheras.

Por lo general, la lonchera atrae gente que quiere un experiencia diferente de un restaurante. Como Portnoy mencionó, gente que quiere comer en un restaurante quiere un lugar para descansar y camareros para traen comida a la mesa y cosas como así. La lonchera no tiene ninguna de estas cosas. Mariscos Jaliscos tiene una sala pequeña con mesas y sillas para comer, pero no es una cosa muy común para loncheras. Lugares como Mariscos Jaliscos son un poco de una amenaza a restaurantes de “fast casual” como Chipotle porque sus modelo de negocios es parecido, pero porque hay relativamente pocas loncheras con lugares para descansar, no hay razón para una lucha grande entre restaurantes y loncheras. A pesar de este hecho, uños restaurantes quieren más reglas por loncheras.

La segunda lucha entre loncheras y “luxe loncheras”, un término creado por Arellano, es más serio. Particularmente en un lugar muy cerca de USC, es muy interesante para examinar la diferencia entre la popularidad de Kikiz y una luxe lonchera más popular como Kogi BBQ, Amazebowls, o Nature’s Brew. La primera cosa que me di cuenta fue diferente fue el exterior de las loncheras. Kikiz fue blanca con solo el nombre de la lonchera en el capó. Natures Brew tiene un exterior completamente de madera y Amazebowls tiene un exterior completamente morado con un diseño muy complejo. Kikiz tiene un letrero electrónico, pero parece muy barato como los letreros electrónicos en tiendas de Broadway en el centro que dice “Compramos oro”. Los exteriores de las luxe loncheras cuestan más y por eso gente asocian el exterior con la calidad de la comida. Los precios más altos también son una “garantía” en los mentes de gente que más dinero significa más calidad. Gente que trata lugares que son más modestos saben que no es siempre el caso.

La ubicación de Kikiz es otra razón que no tiene la misma popularidad que las luxe loncheras. Kikiz, y muchas loncheras, están en lugares donde por lo general solamente gente que sabe sobre la lonchera va a visitarlo. Mucha de las loncheras no tienen Twitter o otros métodos de comunicación con el mundo para anuncian sus negocios. También, Kikiz está muy cerca de Ralph’s y muy lejos de campus. Mucha de la gente que va a Ralph’s usa un coche y compra comida. ¿Porque necesita comprar un burrito o tacos cuando maneja a Ralph’s para comida? No tiene sentido. La sola gente que va a comprar comida es gente a pie y hay muy poca gente en este parte de Vermont que caminar. Amazebowls, Kogi BBQ, y Natures Brew está muy cerca de campus y está en Hoover, Jefferson, y University donde mucha gente camina y anda sus bicicletas. También University es la calle más usado por la gente de fraternidades y sororidades. Miembros de estos grupos viven en casas que tiene un programa de comida que tiene la misma comida muchas días y solo por ciertas horas. Como resultado, ellos tienen hambre con frecuencia. También esta gente tiene dinero disponible porque una fraternidad o sororidad cuesta más de mil dólares por semestre. El resultado es una tormenta perfecta por las loncheras que están allí.

La ubicación de Kikiz y otras loncheras, combina con una historia larga de opresión y sospecha sin justificación para crear un ambiente muy difícil para una parte esencial de la cultura y historia de nuestra ciudad. Ojala que más gente puede dejar a un lado su miedo y proba la comida deliciosa y económica que las loncheras ofrecen.

La Calle Olvera: ¿Autentica o White Washed?

 

Nuestro paso a la Calle Olvera me gustó mucho. Yo ya había ido a la Calle Olvera muchas veces. Mi primera vez fue cuando tenía 7 años. Mi mama me inscribió a bailar folclórico en mi escuela y tuvimos un evento en la plaza y bailamos. En ese momento yo pensé que todo estaba decorado mexicano por el evento que tuvimos.

Regresar a la Calle Olvera me trajo muchos recuerdos por eso me gustó tanto visitar los museos. Yo nunca sabía que había museos allí. Entrando a los museos no sabía que esperar pero me imaginaba que iba a aprender mucho de la cultura Hispana. Y tenía razón.

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Me dio mucha tristeza cuando aprendimos de las redadas que hubo para tratar de “White wash” Los Ángeles. Me dio tristeza porque también mandaron a todos los mexicanos que eran ciudadanos de los estados unidos, tal como yo. Como dice William Deverell en su libro White Washed Adobe,

“Certainly by the late 1920s, Americans had “leveled” Los Angeles, manipulating the Mexican past and the Mexican population in countless ways.”

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Hoy en día si se puede ver todo el cambio que hay por todas las manipulaciones que hubo. Pero también se puede ver todos los esfuerzos de los hispanos para que Los Ángeles siga siendo un hogar para los hispanos. Y con estos dos esfuerzos de los dos lados, es inevitable que va a ocurrir conflictos. Y como dice Deverell, la historia se siguiera repitiendo,

“The story of how whites and ethnic Mexicans interact looks terribly familiar through the lens of such wartime events as the Sleepy Lagoon murder trials and the Zoot Suit riots, almost as if the clock had been turned back one hundred years to the era of the Mexican War.”

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Yo creo que la Calle Olvera esta en medio de ser autentica y “White Washed” porque si venden cosas que son auténticas de México por ejemplo los dulces, la comida y las carteras y fajos de piel. Pero también es uno poco exagerado. Se pude ver que están decorando para que los turistas puedan tomar fotos y sentirse que están en otro país y cultura.

La comida suele tener el mismo problema. Es autentica, pero modificada para que pueda ser un poco más “White washed” Mi grupo y yo decidimos comer en el restaurante El Paso. La primera cosa que nos sirvieron fue chips con salsa. La salsa no estaba muy buena y sabia a puro tomate y no tenía nada de chile. Si fuera una salsa autentica tentaría chiles, estuviera más gruesa y añadiría mucho más sabor a la comida.

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Yo ordene sopes de carnitas. Esta fue la primera vez que yo comí sopes que no fueran hechos por mi mama. Pero ya tenía mucho tiempo que mi mama no hacía y se me antojaron. A la primera vista se miraban muy ricos. Lo único que no me gusto de cómo se miraba era el queso. A mí me encanta el queso fresco y siempre le pongo muchísimo a mis sopes. Pero estos sopes casi ni tenían queso. Pero en fin, eso es mi gusto personal. Con la primera mordida seguía esperando el sabor familiar que yo conozco. Cuando nunca llego, tome otra mordida. Como tenía tanta hambre, se me hizo muy rico todo pero ya que empecé a comer más me di cuente que no estaba tan rico. Le faltaba algo, no sé si le faltaba sal o si la carne estaba seca pero no fueron los mejores sopes de mi vida.

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Es más, nada más me comí uno y le traje el otro a mi mama.  No le dije nada, nada más le dije que le había traído un sope. Dos horas más tarde, fui a la cocina y estaba la mitad de sope que no se comió.

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Para concluir, la comida no me encanto pero me gusto que hicimos el viaje a estos museos porque como dijo Deverell, “The hope is not in going back in time, but in going into the future with a greater understanding of the past and our profound connections to it.”

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