City Tacos: Gentrificación en nuestro propio vecindario

Por: Hannah Franco

En mi busco de un área gentrificado para encontrar comida gentrificado, no tuve que ir lejos. Camine desde mi apartamento unos 10 minutos a City Tacos en la USC Village. Desafortunadamente, nuestra universidad es un gentrificador, como he transformado el vecindario alrededor a un espacio mas blanca y cara. Debato con mis compañeros de clase sobre este fenómeno en muchas de mis clases de la política y el urbanismo. ¿Hasta que punto es la universidad afectando los residentes permanentes en una manera positivo o negativo? ¿Que papel tiene la universidad en la gentrificación del área? Específicamente, ¿como ha contribuido la universidad a la gentrificación de comida? La USC Village es un punto de gran discusión y debate como algunos lo elogian por traer comida saludable al área mientras otros critican como los precios altos excluyen residentes de bajos ingresos.

Entonces, yo, Hadee, y Anya aventuramos a probar la nueva taquería de la USC Village y ver si la comida cayó a las persuasiones de la gentrificación. Un poquito sobre City Tacos, es una cadena de restaurantes que empezó en San Diego en 2014. El dueño, Gerry Torres, nació en la Cuidad de México y dedicó sus restaurantes a servir recetas mexicanas tradicionales pero con estilos y sabores modernas. Torres dijo en una entrevista con The San Diego Union-Tribune, que quería ofrecer algo diferente y única que podría sobrevivir en una ciudad como San Diego que ya tenia una abundancia de taquerías. Entonces, la innovación de su menú e ingredientes fue a propósito, como Torres “wanted to change the perception of Mexican food”. Torres también compartió su opinión sobre la autenticidad en términos de la comida a la que dijo que la gastronomía es algo siempre evolucionando y “it’s a great thing, otherwise it would be the same thing all over again every single time”.

Yo estoy de acuerdo con Torres en este sentimiento – ¡la evolución e innovación de la gastronomía es fascinante y sabroso! Ordené los tacos Mexicali y Camarón Enchilado con una taza de horchata. ¡Que riquísimas! Mi favorito fue el Mexicali que tuvo bistec, cebollas, pimientas de poblano, queso asadero, el puré de papas, crema fresca, y queso cotija. Este taco tiene elementos de una receta tradicional, pero, por supuesto, es un taco tan diferente a la misma vez. He comido tacos con papas pero no con el puré de papas que tiene el sabor y textura de una acción de gracias americana. Estos tipos de sustituciones lo pueden ver por todo el menú. Unos ejemplos son platos salados con la arúgula, las pasas, y las fresas – ingredientes no comunes en recetas tradicionales.

Después de visitar y haberme disfrutado la comida, me pregunte entonces si City Tacos, un restaurante que adapta su menú a audiencias blancas – contribuye a la gentrificación y a que punto daña el área y apropia la gastronomía mexicana. En mi opinión, City Tacos si es un ejemplo de una restaurante gentrificado pero no es un instancia de la apropiación cultural. Para explicar la primera afirmación, los precios de la comida lo califican como un lugar gentrificado. Cuando digo a mis abuelos mexicanos que pagué $5+ para un taco, se ríen de mí y dicen que me estafaron. Sin embargo, no pienso que City Tacos apropia la comida mexicana. El libro de la Profesora Portnoy nos introduzca al termino ‘columbusing’ – “the act of reckless and thoughtless appropriation (typically by rich white people) of a thing that has been around for years or decades (a thing that usually belongs to non-white people)” (Portnoy). En la instancia de City Tacos, el dueño es un hombre mexicano quien dejo claras sus intenciones a crear un restaurante innovador. A diferencia de cadenas de restaurantes como Taco Bell, con un dueno blanco y sin consideración por la cultura o historia de la comida mexicana, City Tacos si trata de respetar y entender la gastronomía. Como dice el articulo de GrubStreet, “the real issue is disrespect” cuando hablamos de la apropiación cultural (Huang). Si el dueño y chefs son dedicadas a la comida en que preparen y consicente de su historia, entonces el restaurante no merece ser atacado por tratando un menú innovador.

Referencias

Hamblin, Abby, and Kristy Totten. “Get to Know Gerry Torres, Owner of City Tacos Restaurants across San Diego County.” San Diego Union-Tribune, 22 Sept. 2020, https://www.sandiegouniontribune.com/get-to-know-gerry-torres-owner-of-city-tacos-restaurants-across-san-diego-county.

K, Neetha. “Alison Roman and Columbising: Food cultural appropriation isn’t new, Jamie Oliver, Gordon Ramsay and even you do it.” Meaww News, 10 May 2020. https://meaww.com/alison-roman-jamie-oliver-gordon-ramsay-food-cultural-appropriation-dalgona-coffee-columbising

Portnoy, Sarah J. Food, Health, and Culture in Latino Los Angeles, Rowman & Littlefield, Lanham, MD, 2017.

Pepe el pug: City Tacos y su llegada a USC

Por Anya Khurana

Cuando pensamos en la gentrificación, no necesitamos pensar más lejos que la USC. El área ocupada por USC se clasificó como “high yellow” en los mapas de redlining de la década 1930. Las áreas alrededores se clasificó como “high red” y “low red”. Eso indica que personas minorías y de bajo SES vivían en esas áreas. Como USC ha desarrollado, hemos infringido esas áreas. El ejemplo más famoso – el USC Village. El Village (supuestamente) está abierto para todos en la comunidad, pero en realidad, las empresas adentro son protegidos por nuestro ladrillo rojo. De hecho, Trader Joe’s se empezó en Pasadena, y expandió a todo el país antes de abrir un local en South Central. El local en el Village está allí solo para servir los estudiantes, no la comunidad.

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Con estos pensamientos en mente, Hadee, Hannah, y yo fuimos a un restaurante en el Village para este blog. City Tacos es uno de los nuevos restaurantes que han abierto en el Village este año. Reemplazó a Trejo’s Tacos (no se porque) pero cuando fuimos el lunes, había unos comensales, aunque estaba cerca de la hora que cierre. Su mascota, Pepe el pug, mira a todos mientras piden. Pedimos nosotros una variedad de tacos, aunque el que queríamos probar más estaba acabado cuando llegamos. Por mi parte, pedí el mexicali, el quesibirria del norte, y el chile relleno. Nunca de estos son tradicionales – ellos solo tienen 3 tacos tradicionales en la carta. Creo que el mexicali era lo más interesante. Tiene res, cebolla y chile poblano encima de papa majada (mashed potatoes) y queso asadero. Nunca se me hubiera ocurrido poner papa majada en un taco, pero lo disfruté. También me gustó el quesibirria – una mezcla de una quesadilla y un taco de birria. La carne por dentro era sabrosa y tuve sobrantes para llevar a casa. El chile relleno, desafortunadamente, no fue de mi gusto.

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Esa idea de revolucionar la comida tradicional es el base de City Tacos. El restaurante se fundó en 2014 en San Diego por Gerry Torres, un restaurantero de México. Dijo,

“I think there is something to say about authenticity and tasting it the way it’s meant to be tasted but I think that all cuisine has evolved. It’s evolved from international influence, whether it’s the way it’s eaten, whether it’s the way it’s presented. You incorporate those lifestyle ingredients or those lifestyle techniques into the food to make it more feasible for the public. I think all food is evolving and it’s a great thing, otherwise it would be the same thing all over again every single time”. (Hamblin and Totten)

Estoy de acuerdo – si todos los restaurantes presentaban comida en la misma manera, no sería interesante. Como dijo Neetha K, “Culture is not sedentary, and neither is a region’s cuisine”. Necesitamos un equilibrio de la innovación y la tradición. Para Torres, no pienso que su restaurante es un ejemplo de apropiación cultural – él está cambiando sus propias recetas y no las de otra cultura. No es un ejemplo de “‘columbising,’ which Urban Dictionary defines simply as, «the art of discovering something that isn’t new» (Neetha K). Su innovación, en mi opinión, nace de un deseo a crear algo único. Sin embargo, mientras sus restaurantes quizás no son ejemplos de apropiación cultural, sí son ejemplos de genteficación, y contribuyen a la gentrificación en comunidades. Steven Almazán dijo que “La genteficación ocurre cuando los latinos con movilidad económica y educación universitaria regresan a sus barrios de origen e invierten en la gente del vecindario” (Delgadillo). Aunque Torres no ha regresado a su propio barrio, ha participado en la genteficación de su comida y ya no sirve personas fuera de los barrios “hip and trendy” en los que se ubican sus restaurantes. Este corporación (con beneficios multimillonarios) abrió varios locales en 2020, ninguna de las cuales estaba ubicada en vecindarios de bajos ingresos. Entonces, el próximo tiempo que comes en City Tacos, piensa en esos fenómenos sociológicos. No se cual es la respuesta correcta, pero si somos lo que comemos, debemos saber exactamente lo qué contiene nuestra comida – tanto los ingredientes como la historia.

Hamblin, Abbey and Totten, Kristen. “Get to know Gerry Torres, owner of City Tacos restaurants across San Diego County.” The San Diego Union Tribune, https://www.sandiegouniontribune.com/get-to-know-gerry-torres-owner-of-city-tacos-restaurants-across-san-diego-county.

K, Neetha. “Alison Roman and Columbising: Food cultural appropriation isn’t new, Jamie Oliver, Gordon Ramsay and even you do it.” Meaww.com, https://meaww.com/alison-roman-jamie-oliver-gordon-ramsay-food-cultural-appropriation-dalgona-coffee-columbising

Delgadillo, Natalie. “»Genteficación»: cuando los jóvenes modernos que llegan a tu barrio también son latinos.” Univision, https://www.univision.com/noticias/citylab-vivienda/genteficacion-cuando-los-jovenes-modernos-que-llegan-a-tu-barrio-tambien-son-latinos

¡No Tirria de la Birria!- Por Addie Kapsner

A lo largo de mi vida, más o menos luchaba con mi identidad. Soy de un pueblito en Montana con una población de sólo 7.000 personas, la mayoría de esas son caucásico y conservadoras en la naturaleza. A causa de esto, no había una cultura abierta o diversa. Sí, yo soy caucásico también, pero no me gustaba crecer en un mundo encalado lleno de intolerancia, racismo, y xenofobia. Por esta razón, mi madre hacía un punto para exponer a mis hermanos y yo al mucho a través de viajes, comida, y más, y mi identidad, en mi mente, crecía a fuera de mi ciudad natal.

Ahora que he dejado Montana permanentemente, puedo agradecer las cosas buenas como la naturaleza, la segura, y la comida fresca, especialmente las carnes. Montana en realidad tiene más vacas que la gente, y mis tíos tenían una finca ganadera para la carne, y mis primos criaban ganado (las vacas, los cerdos, las gallinas, y más) por 4H, pues, mi familia siempre tenía un congelador lleno de carnes. Algunas comidas típicas en Montana consiste de carne, carne, y más carne. Un cena típica de Montana consiste de un bistec del res, el alce (elk), o el venado acompañado de papas y, tal vez, una ensalada verde. Otro clásico de Montana es hamburguesas bisonte. El alce y especialmente el venado tienen un sabor de caza, y en mi opinion, el sabor de caza tiene gusto a res mixto con césped; ¡no me gusta! Pero, los sabores de caza con los acompañamientos sin mucho sabor conecta con la identidad de Montana: una comunidad sin mucha diversidad que valorar una vida autosuficiente sola de Montana.

La mayoría de la carne de alce y venado es cazada por miembros de su familia, y esto corresponde con las actitudes de la gente de Montana. La gente le gusta ser autosuficiente y un poco terco. La mayoría de la gente no necesariamente cazan porque necesitan, sino porque disfrutan de la caza. También, al menos en mis experiencias, la mayoría de la gente disfruta de la carne de res más que el alce o venado; entonces, yo puedo llegar a dos conclusiones: 1. la gente de Montana está atrapados en sus caminos (de caza, políticas, racismo, y más), y 2. muchos muestran tendencias psicopáticas por querer matar animales inocentes por diversión. Como Heldke dice, «sometimes [trying new flavors] marks one’s efforts to preserve membership in the privileged group» (Heldke, 386). Mis experiencias personales y observaciones en Montana confirman estos porque la gente se opone firmemente a cualquier persona o cosa que no sea de Montana.


Birria Los Socios / Jay’s Red Tacos

La birria se origen de Cocula en el estado de Jalisco, México que es sudoeste de Guadalajara. En el siglo XVI, los conquistadores llegaron a México y trajeron consigo una nueva variedad de animales de granja. Mientras que los conquistadores usaban los cerdos, las vacas, y los pollos para sí mismos, las cabras- o «chivos» en México- eran consideradas indeseables de comer a causa de su sabor acre y de caza (¡como el alce y el venado!), y pronto, los chivos comenzaron a convertirse en una molestia y invadieron la tierra. Los chivos comían muchos de los cultivos, y muchos mexicanos sufrían indirectamente de hambruna. Los mexicanos necesitaban deshacerse de los chivos, pero no querían desperdiciar la carne porque mucha gente tenía hambre. Los mexicanos cocinaban el chivo en una sopa con especias y yerbas muy fuertes para enmascarar el sabor fuerte, y ¡birria nació! (Wichner, 2017).

Los sabores de birria se mezclan maravillosamente, ya que la carne (hoy en día, birria puede ser chivo, res, cordero, o pollo; el más común es la carne de res) se marina durante la noche en muchos tipos de chiles, el comino, el orégano, el clavo, la canela, el tomillo, sal, y pimienta, después, la carne se cocina en un caldo de la cebolla, la hoja de laurel, y el ajo (Wichner, 2017).

Mi amiga y yo fuimos a los restaurantes de Birria Los Socios y Jay’s Red Tacos en East LA, y el ambiente era muy animado, y me sentí como si estuviera en una cocina de la familia patio trasero. Había muchos tacos y platos diferentes de birria, por lo que era difícil decidir cuál pedir, pero elegí el clásico «taco dorado» de chivo y un «quesataco» de res, y mi amiga escogió un «quesataco» de res y un «ketotaco» de res. La chica que tomó mi orden tenía que se alrededor de mi edad, y me sonrió como pedí en mi acento gringo y luego procedió a gritar nuestra orden a los chefs. Esto era lo más cerca que me había sentido de estar en México desde que estaba en realidad en México. Mi amigo y yo no podría dejar de rebotar a lo largo del reggaetón. En mi opinion, como Ferrero discute en «The SAGE Encyclopedia of Food Issues» por Sarah Portnoy, los restaurantes no tenían una autenticidad escenificada porque pienso que ellos atendieron a los mexicano-americanos a causa de la opción de chico en sus tacos y el ambiente familiar manejado de la gente latina.

«Some [Mexican restaurants] cater to local Mexicans and Mexican Americans, while others cater to non-Mexicans regarded as tourist diners who lack the knowledge to demand “authentic” cuisine.»

Sylvia Ferrero

Cuando me mordí por primera vez en mi taco dorado, estaba realmente en asombro. Era imposible distinguir a los sabores individuales, ya que se fusionaron para crear un plato perfecto con una profundidad inalcanzable del sabor. No podría probar el chivo, solo los sabores de los chiles, un pocito canela, y un poco comino. La tortilla tenía un ligero crujido, y la sopa de birria creó una jugosidad que sólo Cardi B podría describir. Pensé que no podría conseguir nada mejor… hasta que probé mi quesataco.

El queso añada un otro nivel de dimensión. El queso se filtró fuera del taco en la parrilla para crear la corteza de queso perfecta a lo largo del exterior. Lo digo cuando digo que sacrificaría a mi primogénito para tener quesatacos cada día por el resto de mi vida; fue tan bueno. El «ketotaco» de mi amigo fue magnifico también. En lugar de una tortilla, el queso se fríe en la parrilla para crear una corteza sólida para llevar la birria. Debido a que tuvimos que llevar nuestros tacos a casa, el viaje hizo que el queso un poco menos crujiente que intencional, pero fue excelente, sin embargo. También, los cuatros tacos y un Coca Cola fueron solo $15; ¡qué ganga!


Fuentes:

“Bison Burger at Ted Montana’s.” TripAdvisor, TripAdvisor LLC, 2 Jan. 2013, http://www.tripadvisor.com.sg/LocationPhotoDirectLink-g60898-d478156-i55039404-Ted_s_Montana_Grill-Atlanta_Georgia.html. (image)

Heldke, Lisa. “But Is It Authentic?: Culinary Travel and the Search for the ‘Genuine Article’.” The Taste Culture Reader: Experiencing Food and Drink, 2005, pp. 385–394.

Portnoy, Sarah. The Sage Encyclopedia of Food Issues, Edited by Ken Albala, Sage Publications Ltd., 2015, pp. 84–87.

Shaw, Hank. “How to Properly Grill Venison Steak.” Petersen’s Hunting, http://www.petersenshunting.com/editorial/how-to-properly-grill-venison-steak/272947. (image)

Wichner, Eric. “The Origins Of The Birria Taco.” Vallarta Eats Food Tours, 8 Dec. 2017, http://www.vallartaeats.com/birria-taco-origins/.

Tartas y tamales: comida, identidad, y fronteras

Por Danielle Collins

Nació en Raleigh, North Carolina, pero crecía mayormente en los suburbios de Chicago, Illinois. Mi familia es cristiana, pero casi nunca vamos a la iglesia, así es algo más espiritual, y yo no soy religiosa. De verdad, mi familia no tiene raíces fuertes en ninguna cultura. Mis padres son del sur de los EEUU, pero nosotros nunca vivían allá. 

La única cosa en que puedo pensar es la tarta de calabaza de mi abuela. No es un plato principal sino que un postre. Tampoco comemos frecuentemente— es más para ocasiones especiales como el Día de Gracias, cumpleaños, navidad, etcétera. Otra diferencia de nuestra tarta de calabaza es que no es necesariamente “nuestra.” Mi abuela sí tiene una receta muy rica, pero solo ella la hace. Cuando mi familia inmediata la comemos, muchas veces no la hacemos, más bien la compramos del supermercado. No es lo mismo de preparar la receta de mi abuela, pero tiene que ver más con el sentimiento de comer la torta que la acción de hacerla.

Fui a una panadería cerca de USC que se llama Celaya Bakery. Identifica como “especialistas en Pan Mexicano y Salvadoreño,” de acuerdo con el letrero en la puerta. Porque representa los dos países, no pienso que representa una región específica de México. Pienso que es interesante que representa los dos países, porque junta a la gente y muestra que las fronteras de la comida no son tan fuertes que las fronteras de los países. También, combina comida mexicana y salvadoreña con las tendencias de comida popular en los EEUU y LA, así es una mezcla de tres fronteras diferentes.

Aunque sí es una panadería, ellos también venden comida caliente como tamales, burritos, tostadas, taquitos, y más. Probé un tamal de queso que era nada especial pero bastante bueno. Lo interesante es que sí venden panes y pasteles que probablemente son salvadoreños, no venden comida caliente salvadoreña como pupusas. La comida caliente es más mexicana, y todavía más mexicana-americana.

Pienso que representa la “core” de la comida que es popular en los EEUU, porque son las comidas mexicanas más populares aquí. Pero, la empresa es una panadería, no una restaurante, así los panes representa más el “periphery” de comidas más únicas y menos conocidas. Como he dicho, no me gusta la palabra “auténtica,” así voy a usar las palabras “performativa” y “genuina” otra vez. Pienso que Celaya Bakery es muy genuino, pero tiene aspectos performativos como arte en las paredes. También pienso que la comida caliente es menos genuino porque no es el propósito de la panadería: es algo extra para los clientes, así tampoco pienso que es performativo porque completa su propósito. 

Turismo Culinario en Tulum (Noma) y Madrid + Reflexión del Semestre

por Natalie Redington

Turismo Culinario

Basado en la discusión en clase, pienso que el turismo culinario es algo positivo, porque produce más razones para personas de visitar un lugar que quizás no tenía ganas de visitar. Por la comida, la gente visitan lugares diferentes y se pueden conocer mejor el mundo; la falta de hacer eso es un problema que existe y que cree mentes cerradas.

Para mí, la comida puede actuar como una forma de enseñar sobre una cultura diferente. Por ejemplo, cuando era muy joven en la escuela segundaria, estaba en la coche con una madre de una amiga que no me gustaba mucho. Estaban hablando de cómo mi “amiga” iba a estudiar en Salamanca para el verano, y su madre dijo que tenía miedo del hecho que su hija iba a estar con una familia anfitriona, particularmente relacionada a la comida. La madre dijo (palabra por palabra, me lo recuerdo muy bien) que, “The food they eat in Spain is just weird.” Era muy afortunada en mi vida de conocer otras culturas y comidas muy temprano, pero en este caso, me sentía primera sorprendida y después sentía triste para la madre y mi amiga, ¿porque como se lo podría decir eso sobre la cultura de otros? Y esto es una razón porque el turismo culinario es importante.

En relación al sujeto de Noma México, hay pros y contras. Primero, para dar el contexto a la historia, René Redzepi es un chef danés, que no tiene ninguna relación con la comida mexicana, aparte de venir a Tulum y conocerla para un periodo breve. No es su primero pop up tampoco – según un artículo en Eater.com, también hizo uno en Tokyo, otro en Sydney y otro en Londres. Pero en mi opinión, es diferente aquí en Tulum dónde, según el artículo del NYT, “the average income is in the bottom third [of the country, and] about half of [Quintana Roo’s] residents live in moderate to extreme poverty.” En un lado, un “pop up,” particularmente en Tulum, que es un poco más remoto que los otros lugares de los “pop ups” antes, recibe mucha gente, gracias a este turismo culinario; las personas no solo han pagados para la comida en Noma, pero también “for flights to the Yucatán, a car rental or taxi to Tulum, and at least one night in a hotel” (NYT). Mi suposición también es que la gente que viene a Tulum, si pueden permitirse a comer a Noma para $350 a cada persona, también tiene el dinero para quedarse más de un día en Tulum, y probablemente lo harían un viaje más largo, y todo esto contribuye a la economía de Tulum. Lo que añade también este influjo a Tulum es la exploración y comprensión de la comida/cultura nativa, que incluye no solo la cultura moderna de México, pero también una cultura anciana de la gente maya y la cultura específica del Yucatán que desarrollaba solo por los siglos, causado por mucho aislamiento y la separación del bosque.

El turismo culinario puede ser una buena cosa, particularmente si la gente que viene apoya los negocios locales. Y yo pienso que generalmente el turismo culinario es una cosa positiva, particularmente en mis experiencias (que voy a discutir más tarde), pero pienso que esta idea de un “pop up” como Noma presenta muchos problemas. Primero, representa la idea de la apropiación culinaria como hemos discutido hace unas semanas. Redzepi viene a un lugar como Tulum, toma la comida local, lo re-hace en una manera “mejor” (o lo que él piensa que es mejor) y se despide después de algunas semanas. Redzepi dijo a CN Traveler que, “We cannot cook as well as the people here who have been doing it forever, but we will be inspired from it” (Eater.com). El problema que existe aquí es que Redzepi toma la cultura/tradición culinaria de la gente local y lo re-vende para un precio muy alto, mientras que las personas que viven acerca, que cocinan las mismas cosas, no se pueden permitirse a comprar su próxima comida porque no tienen bastante dinero. Pero si “Noma” es la cosa que comienza el gran influjo turístico a Tulum, que apoyará los negocios para los años que vienen, a la larga, quizás ha tenido un buen efecto.

Yo era una turista culinaria en España unas veces. Primero, cuando era en Sevilla con mi familia hace muchos años, fuimos al museo de Jamón Ibérico porque a mi padre le encanta el jamón español, y además tiene una obsesión con la comida española. Aprendí en el museo sobre como los cerdos comen solo bellotas para crear un sabor muy rico y único en la carne. Ahora, cada año mi padre compra una pierna de jamón ibérico y toda mi familia disfruta de comerla.

Después, regresé a Madrid hace dos veranos para hacer prácticas en un negocio de noticias, y sabía que la comida iba a ser una gran parte de mi experiencia. No podía esperar a comer jamón, croquetas, pan con tomate, y más. Mi amiga había sido a Madrid el verano antes, y me dijo que conocía los mejores lugares para comer. Fui a restaurantes como Bar Tomate, Ten con Ten y otros. Estaba discutiendo la comida española a mi trabajo, y mi jefa dijo que todos los lugares donde fui eran “postureos,” que significa como lugares para “posers.” Me sorprendí, solo porque pensé que mi amiga era experta de la ciudad. Este día al trabajo, mi jefa tomó todo el equipo a tomar una copa en un restaurante “auténtico,” donde probé la “ensaladilla” para la primera vez. Es un plato que normalmente se hace en la casa, y no lo había visto mucho antes en las cartas diferentes de los restaurantes en que comí en Madrid. Pero fue interesante de descubrir algo nuevo, y además de pegar onda con mis compañeros de trabajo en el negocio de noticias. Comer juntos es más que solo la comida; es la conversación que tiene, es la esfuerza de estar juntos y las memorias que crean mientras comiendo comida deliciosa.

Esta excursión en particular a probar ensaladilla también fue significante porque me hice amigos con el otro joven que hacía prácticas también, Javier, y él me mostró toda la comida de Madrid. Cada día después del trabajo, fuimos juntos a almorzar. Me mostró toda la comida que no era “posturea” pero lo que comían los verdaderos madrileños. Probé croquetas de rabo de buey, el pulpo, huevos horneados, y más. Fue muy especial para mí de tener un guía personal y además, un amigo con quién podía conocer mejor cada día por almuerzos o cenas: mientras comiendo había un gran intercambio de cultura, lenguaje, jerga, chistes y más. Mi tiempo allí fue muy influido por la comida, o por tiempo que pasé comiendo con otros. Finalmente, como he dicho en clase, la comida y el acto de sentarse juntos para comer es un gran parte no solo de las vacaciones pero de la vida entera. Muchas de las memorias cariñosas que tengo de vacaciones de familia son de cuando estábamos comiendo buena comida (entre otros).

Reflexión del semestre

¡Me gustaba mucho mi tiempo en esta clase! Probé mucha comida diferente y quizás nunca iba a tener la oportunidad de descubrir todo sin esta clase. También aprendí mucho sobre los vendedores ambulantes, la cultura que muchas personas encuentran cuando vienen aquí en Los Ángeles, y también como estos problemas afectas nuestra comunidad hoy, como se lo puede ver en la ciudad de Boyle Heights y todos sus problemas con la gentrificación. Algo importante que también aprendí es que los regiones diferentes de México verdaderamente tienen tipos de comida totalmente diferentes. Lo sabía antes, pero no tan profundamente que lo se ahora. Lo que comen en Oaxaca es diferente que en Michoacán, o en la región Jalisco. Ahora me inspiré, y quiero hacer un tour de comida en México – ¡turismo culinario!

Esta clase me hizo explorar, que me gustaba. Para mí, Boyle Heights siempre parecía muy lejos, pero cuando fui a Tacos y Birria La Única para uno de los blogs, me sorprendí mucho de descubrir que verdaderamente era solo dos minutos más por coche del “Arts District” donde voy frecuentemente. Fue muy divertido también de hacer la presentación juntos con Josh y Arianna; fuimos a Mex Perú Gipsy en Downtown LA (otra vez, en un lugar desconocido para mí) para probar comida y hacer entrevistas con los dueños. ¡Fue muy especial y algo que nunca haría para otra clase de español!

Pienso que mi memoria favorita fue cuando probamos Mariscos Jalisco, y también fue mi comida favorita de todo el semestre. El taco de camarones con aguacate y la salsa especial era, quizás, el mejor taco que he comido en mi vida – y como soy nativa a LA, he comido muchos tacos en mi vida. También fue interesante descubrir Guerrilla Tacos (aunque fui antes de cuando fuimos con la clase) y de probar este taco de camote y los sabores que jugaban juntos para crear algo sorprendido. Me gustaba como Wes Ávila explicó su historia única y también como tenía mucho orgullo en lo que hacía en su vida. Me gustaba la idea de la fusión de su herencia mexicana con su entrenamiento formal bajo chefs como Alain Ducasse. Y la cena final que hicimos ayer, ¡me encantó! Fue muy interesante de aprender de chefs como Lorena Garcia & Jaime.

Y lo que me encantaba el mejor de esta clase era la mezcla del español y también el periodismo, porque quiero ser periodista después de mi programa de Master’s en Annenberg el año próximo. Me gustaba entender las historias de Javier Cabral, de Lucas Peterson y también de Merced y otros. Para mí, esta clase fue la mezcla perfecta de todas mis cosas favoritas: la lengua español, la comida y el periodismo. ¡Muchas gracias para un semestre increíble!

Culinary Appropriation: Rick Bayless vs. Kogi Food Trucks

By Natalie Redington (featured image is Yellowtail Aguachile from Rick Bayless’ Restaurant, Topolobampo)

On my way to a quiet study space to write this blog, I was speaking casually to my best friend about the idea of culinary appropriation, which can often be a touchy subject. My friend (who preferred to remain anonymous for this blog) is from Hong Kong, and I was curious to hear her thoughts. She stated,

“It really frustrates me when the reason [Asian food] is brought to light or made cool is from someone who doesn’t know my culture and is using it to gain popularity. Dumplings aren’t cool because white people discovered it. It’s been there for centuries. If I brought it to school [for lunch], people would’ve laughed. It’s like that for so many people where they get made fun of [for the food they eat], but some celebrity chef makes it popular and then people around me are talking like they know what [Asian food] is because they’ve had it once. It’s fucked up that people not of my culture pick and choose the parts of it they want to appreciate, and they appreciate it until they don’t. My culture is not a fad.”

As someone also of Asian heritage, I can relate to these sentiments, and I’ll touch upon them more in depth towards the end of my blog. However, Asian food culture is not the only food group that is being appropriated or popularized by the white majority. As evidenced both by popular controversies and the readings of this week, white chefs – particularly Rick Bayless – cooking food from Latino cultures have received a lot of backlash. This idea of “culinary appropriation” comes with its pros and cons – think Bayless’ elevation of Mexican food beyond burritos and combo plates vs. his monetary gain off tradition/ideas from another culture. In the end the cons outweigh the pros, as what’s most problematic is the unwarranted borrowing, or moreover, stealing, of culture through culinary practice.

Yes, America is a melting pot, and the idea that there is a “mixing” of cultures that occurs is undeniable. But the line often gets blurred. Bayless speaks about how mole is a combination of ingredients from all over the world – with different “elements from Southeast Asia, Europe blended together seamlessly with ingredients from the new world” (Sporkful). The people of Mexico took that and created a signature dish that is unique and specific to their culture. In turn, Rick Bayless takes that specific set of food and recreates/copies it and profits from that. For example, on his dinner menu at his restaurant Topolobampo (a favorite of Obama’s), you can find dishes that are very specific to Mexican culture, such as carne asada, aguachile, tacos, and elote. While he may put his own spin on it by adding Yellowtail or “foie gras crema,” he takes a cuisine away from its roots because he implements higher-priced items such as those just listed. Then the food becomes tailored to a different audience – one that is often white, and of a higher socioeconomic background, and that is how the food becomes more popular. The street vendors down in the Piñata district or out in Boyle Heights might not be able to afford such ingredients, and the food they make is just as tasty; however, they’re discriminated against, and their food still continues to be considered low-class because they don’t tailor to a certain group of high-paying or influential customers. Professor Portnoy, in her book, Food, Health and Culture in Latino Los Angeles, expands on the racial discrimination against street vendors, quoting first from Lorena Muñoz: “‘the space in which these immigrant vendors practice their trade is ‘racialized,’ meaning ethnic or racial identities are ascribed to a minority group by the dominant one’…[For example,] in Los Angeles, Latino street vendors are typically regarded as undocumented regardless of their actual citizenship status…these stereotypical representations place vendors into a larger discourse of national and state immigration policies and attitudes that are informed by race. As the early history shows, vendors have been racialized since they first sold tamales on the streets of downtown Los Angeles over a century ago” (105). This is in great contrast to Rick Bayless, who does not have to worry about many of these issues.

Rick Bayless, owner of Topolobampo & other high-end Mexican restaurants — The Daily Beast

Bayless states, “I know that there have been a number of people out there that criticized me only – only – because of my race. Because I’m white, I can’t do anything with Mexican food. But we have to stop and say, ‘Oh wait, is that plain racism then?’” (Sporkful 22:55). No, it’s not racism. While it’s admirable that Bayless has spent a long time living in Mexico, conducting research and getting to know the background information of traditional Mexican food, the problem lies in the fact that he’s not of Latino/Mexican descent. Because of this, he actually DOESN’T experience racism like most Mexicans/Mexican-Americans/Latinos do, even as often as on a daily basis from the general public, especially towards their food which has, for a long while, been considered to be low-class. As my friend stated in regards to her Asian culture, Bayless simply gets to choose what he deems to be the best part of Mexican culture – the food – and experience and recreate that, while becoming famous and wealthy off the traditions, recipes and preparation techniques that he stole from another culture. He also does this, most importantly, without also experiencing the other facets (meaning, the bad parts like racism and discrimination as well) of what it’s like to be a minority. The fact that he states, “I just don’t even understand where they’re coming from” in regards to his Mexican naysayers, exemplifies exactly this concept – he is so far removed from what it’s like to be a minority that he can’t even fathom the idea of why he could even potentially be in the wrong (23:55 Sporkful). I was pretty taken aback by the insensitivity of this comment. Rick Bayless knows Mexican cuisine very well, and instead of being an ambassador for the culture and teaching others about the history of Mexican food, continues to cater to only a certain group of people.

On the other hand, writing about a certain food culture is NOT appropriation. Both Peterson and Professor Portnoy do not steal from Latino culture but instead aid it immensely by popularizing it, without going so far as to steal from the culture (meaning, trying to recreate it/put their own spin on it and then profit from it). Their popularization through writing in turn helps support businesses and makes a larger population aware of the different types of food available; they expose the general public to a delicious type of food that may have been unknown before in a helpful way. In the case of food writing, it is not so much appropriation as it is a sharing or overlapping of cultures. Some critics may argue that Peterson, a food writer “columbused,” when he wrote about Timoteo, a street vendor selling corn. Peterson defines this term as “the act of reckless and thoughtless appropriation (typically by rich white people) of a thing that has been around for years or decades (a thing that usually belongs to non-white people)…[it] conjures up centuries of white upper-class appropriation of Latino culture” (106). While he received some backlash on exposing Timoteo for reasons related to potential “police harassment and fines,” gentrification and other issues (which means this type of publicity is not meant for every single street vendor out there, and permission must be granted), I agreed with his defense where he stated that the vendor “gave permission to Peterson to write the story… [and responded, saying] ‘Yeah, great. I get to go home earlier. We sold out.’ Clearly, the vendor benefited from his outing with the media” (107, 106). While some may view this as gentrification of a type of food that existed for a long time before white people discovered it, this, in my opinion, is different than appropriating food culture. Peterson, through publishing this article, supported Timoteo’s business, and encouraged others to try foods that may be out of their comfort zone or far from what they would normally eat. This opposes Rick Bayless’ method, where he profits immensely from taking a food, recreating it and “adapting it” or tailoring it to white standards and then making it popular.

This semester as part of the SPAN 385 class, I experienced “fusion” food a few times – whether that was at Guerrilla Tacos or X’tiosu Kitchen, and I’ve eaten at Kogi food truck before. Professor Portnoy’s article in conjunction with Pilcher, titled, Roy Choi, Ricardo Zárate, and Pacific Fusion Cuisine in Los Angeles, gave a brief history of the origins of the Kogi food truck and its owner, Roy Choi; this story is what fascinated me most from the reading. Portnoy and Pilcher describe how, “Kogi fusion grew from Choi’s childhood in the culinary and social borderlands of Los Angeles…particularly Boyle Heights was a gathering place for diverse migrants, including Mexicans, Italians and Jews, as well as Koreans, Japanese, Chinese and Filipinos” (10). He grew up experiencing the collective group identity of all these cultures coming together, in unity against those who discriminated against the Boyle Heights community. In my opinion, the creation of the Kogi food truck was an authentic and warranted borrowing of cultures, because “Choi’s taste buds were informed by these years of walking the streets of Los Angeles, where Mexican food blends seamlessly with American fare through cross-cultural marketing and intermarriage…Kogi’s fusion cuisine was not just a mixture of cultures, it also reflected the cross-class encounters of the Los Angeles streets, as Choi combined a tattooed, hip hop street cred with the professionalism of a CIA training” (10, 12). Choi implemented into his food truck all of what he knew from his childhood, and because he grew up as a part of this marginalized community, he isn’t picking and choosing only the parts of a culture he wants to profit from – as a minority and having grown up in this community in Boyle Heights, he’s already experienced it all. Most importantly, Choi’s food “brought people from different walks of life together” (12). Kogi’s food trucks not only mix cultures through its creations like “short rib tacos, kimchi quesadillas, and Kogi sliders,” but it also creates a positive environment for bonding over food.

Roy Choi, owner of the popular Los Angeles-based Kogi food trucks — The Daily Beast

In relation to my own Asian heritage, I’ve spoken a lot about my noodle parties – and I apologize for the repetition, this is just the only real comparison I can make. With Thai food generally comes a certain amount of culinary appropriation as well, but I’d like to focus specifically on the noodle soup my mom makes (a family recipe). For the longest time, I didn’t know the English name of the dish, until my mom sent me a post by Chrissy Teigen (who is half-Thai) on Instagram of her daughter eating what she called “Thai boat noodles.” I had never realized there was an English name for it, because my mom referred to it as “kuay tiew,” (pronounced quih-TYOW, ก๋วยเตี๋ยวเรือ). I then googled it awhile back and found a white woman recreating this dish (I searched again on YouTube and couldn’t find it…). I didn’t find myself as angry as my best friend from Hong Kong is/was, but it was more of a question of “How would you even know?” How would you know how to make this? How would you know the history behind these noodles? How would you know what little things to add to the soup (like a dash of fish sauce and vinegar, a sprinkle of brown sugar and a spoonful Sambal Oelek) that make all the difference? I’m not so much angry that this person is “appropriating” my food culture as I am worried that they’re advertising it in a way that doesn’t showcase its full potential! Let me make it for you instead and it will taste much better!!

If you want a little background/context about these noodles I keep going on about, here’s Chrissy Teigen customizing a bowl in Bangkok (I’m aware that, yes, this could be an example of a famous person making this type of food «cool,» but in my opinion, she is showcasing her heritage).

In conclusion, culinary (and furthermore, cultural) appropriation is a subject that doesn’t have a simple answer. If we didn’t mix and take from other cultures, there would be no sense of evolution or progress as cultures come together, especially in the “melting pot” that has almost come to define America. However, it’s still important to realize that some cultures pride themselves on their food, music, traditions, language, and other facets as uniting factors in face of other issues like racism, discrimination, or lack of acceptance from others because they’re different. And it becomes frustrating when the white majority thinks they can simply take one of those factors, like food, without experiencing the other repercussions of being a minority, especially at a time like this in America, with unprecedented divisiveness and political turmoil/unrest. Sometimes culinary mixes work, like in the example of the Kogi food truck, but others, like Rick Bayless’ restaurants do not. Culinary exchange must be first, carefully done, and also taken into account/interpreted on a case-by-case basis.

Mis tacos mezclados

por Arianna Proul

Mi identidad es mexicana-americana. Mi papa es de Montana, los EEUU y mi mama es de Tijuana, Mexico. Mi identidad es mezclada y tiene influencia de todas partes. Yo he vivido en Los Angeles toda mi vida y siento que esto también afecta parte de mi identidad. Yo estoy de acuerdo mucho con Wes Avila cuando él explicó que sus tacos son únicos a Angelinos, porque Los Angeles es una cultura en sí mismo. La comida mexicana en Los Angeles es muy diferente de la comida en cada parte de Mexico. Mi mama siempre me enseñó cocinar ceviche, tacos, enchiladas y paella. Pero también, crecí cocinando pastel de calabaza y hamburguesas con mi papa. Estos dos lados han influido el otro, mi mama aprendió cocinar hamburguesas, y mi papa aprendió cocinar enchiladas. Yo clasifico la comida de mi Mama como comida mexicana, porque no puedes confinar su comida a solamente una parte de Mexico. La familia de mi mama viene de Jalisco, Michoacán y Aguascalientes, por eso, ella aprendió a cocinar de muchas diferentes partes de Mexico, y esta mezcla de comida es única a ella. Yo aprendí a cocinar esta mezcla de comida mexicana, pero también con la influencia americana por mi papa, y la influencia de Los Angeles.  

“The United States and Mexico have not fused their cuisines … there is constant influence and borrowing”

Everyone Eats pg 186
Las ciudades de mi Mama

Una comida muy central a mi identidad es los tacos. A veces, cocinamos tacos de carne asada, pero también yo crecí poniendo cualquier carne que cocinamos en una tortilla, no importa si era salmón, pollo, carne, o camarón. En Everyone Eats por Anderson, él escribe, “The United States and Mexico have not fused their cuisines … there is constant influence and borrowing” (186). Yo estoy cien porcientos de acuerdo con esta cita, porque lo veo en mi propia casa cada día. Mi mama transformó su moda de cocinar a lo que es disponible en Los Angeles.

La comida que comí era un taco de carne asada de Tacos Tumbras a Tomas en Grand Central Market. Este lugar está situado en medio de un lugar de hamburguesas, y otro de pasta. Este lugar no se identifica como una ciudad en Mexico específico, sirve toda la básica comida que piensas cuando piensas en comida mexicana. Estaba sorprendida a la variedad de carnes que puedes escoger, como trompita, que es menos común. El precio es un poco alto a 4 dólares por un taco, pero tiene sentido porque es en un lugar muy turístico. Aunque este precio siente alto por un taco, comparado a todos los otros lugares al lado este es una opción muy buena para almorzar en vez de un café por seis dólares. Llegó a la ventana después de esperar por como dos minutos, y el señor me habló en español. Ordené uno taco y lo pido con todo y salsa caliente. El taco llegó con la salsa, tres limas, cilantro, cebolla, sal, y dos más tortillas al lado. Un hecho que me de cuento es que no llegó con todos los aderezos americanos como queso o lechuga. Venía con demasiada carne con que podía hacer dos tacos por el precio de uno, que es bueno. La carne era muy sabrosa y no tenia mucho gruesa. Las tortillas eran calientes y no quebraron. La salsa era muy picante, pero suena bien. Este taco era simple pero muy bueno.

Taco de Tacos Tumbras
Tacos de mi casa

El taco de Tacos Tumbras tiene similitudes y diferencias de las de mi casa. Siento como los tacos que cocina mi mama es una representación que muestra mi casa mexicana-americana. Este fin de semana mi mama cocinó tacos con sobrante filet mignon de la cena de la noche anterior. Este no es autentico a Mexico, pero es autentico a mi casa. La noche anterior comimos carne, con una papa horneada y frijoles verdes, una cena muy americana y un favorito de mi papa. Además que la carne puso la salsa casera maravillosa de mi mama, cebolla, cilantro, aguacate y queso. Algunos de estos no son auténticos a tacos de Mexico, pero lo es que crecí comiendo. Mi paleta ha cambiado para acomodar los dos lados de mi identidad, incluyendo la salsa mas picante, pero también favoreciendo queso en mis tacos.

“we debated in Denver about whether Mexicans ever assimilate. I maintained that we do”

Taco USA pg 5

Los tacos han sobrevivido el paso de tiempo porque son clásicos. Puedes acomodarlo a cualquier persona con los ingredientes, como demuestra Guerrilla Tacos. No importa si pongas batata, carne, o pescado, tacos son deliciosos.

Guerrilla Tacos – Tacos Actualizados y Modernos

por Natalie Redington

Hoy fui a Guerrilla Tacos en el Arts District. He aprendido de este lugar de una amiga en nuestra clase que lo sugirió. Estaba sorprendida cuando he llegado porque lo había visto antes y había querido visitarlo, pero no sabía que era.

Para un lugar en el Arts District, yo había anticipado que iba a encontrar un restaurante muy caro. De cómo se parece de afuera, y por la decoración que hay en el restaurante, pienso que muchos de los clientes probablemente son sorprendidas de descubrir que muchas de los tacos son solamente $4 o $5. En el artículo de LA Taco que se trata de los $5 tacos, el autor menciona como el taco de $5 en realidad es caro en comparación con los tacos que se puede encontrar en las calles para $1. Sí, también hay el quesadilla del momento, que tiene langosta, que cuesta $20, pero la mayoría de los platos no son bastante caros.

Yo tenía la oportunidad de hablar con una de las mujeres que trabaja allí, y ella estaba con Guerrilla Tacos desde los días de cuando fue un “food truck.” El restaurante fue creado por Wes Avila, un chef que fue preparado clásicamente. Según su sitio web, ha estudiado bajo Alain Ducasse, un chef quien creó el restaurante bien conocido en la Torre Eiffel, el “Jules Verne,” y más. Su negocio ha comenzado con solamente un “cart” (que la camarera la llamó “just la plancha”), y después se convirtió en una lonchera, o un “food truck.” Y finalmente, abrió el restaurante Guerrilla Tacos, que se puede encontrar en la esquina de 7th y Mateo en el Arts District. Según la camarera, Wes fue diferente con sus creaciones porque no hacía tacos normales como cerdo, carne asada o pollo, pero sacaba también de sus estudios en otras cocinas, y “usa el taco como el vehículo.” Él estaba haciendo creaciones como bife y foie gras, o uni (erizo de mar) en tacos. Y esta cita de la camarera también va paralelo con en artículo de LA Taco que dice que “ambitious young chefs treat tortillas as a canvas instead of a staple ingredient.” En relación con la idea de autenticidad, y si los tacos de Guerrilla Tacos son “auténticos,” Profesora Portnoy, en su artículo titulado Good Food and the Problematic Search for Authenticity, states that “authenticity is not a quality inherent to food: it is one that is socially and personally constructed.” También Profesora Portnoy cita Avila en este artículo, que dice que, “People will say, ‘that’s not authentic.”… [but] It’s authentic to me.” Las dos citas son muy evidentes en la propia cocina de Wes Avila, que usa lo que conoce de sus estudios culinarios pero también de su propia cultura para formar tacos que son diferentes del normal pero sabrosos.

Wes es de linaje mexicano, pero fue nacido en Los Ángeles y vive en un área de Glendale donde hay una población muy grande de Medio Oriente, armenios y mediterráneos – entonces tiene mucha inspiración de estas poblaciones y culturas. También le gusta bien la comida japonesa, y lo que comió mi amiga con quien fui (el “Ahi Tuna Tostada”) tenía características japonesas, como el crudo de atún, y la cubierta del furikake, según nuestra camarera.

El restaurante está en un área del Arts District que tiene otros restaurantes y focos a la moda que recientemente han aparecidos. Guerrilla Tacos afuera tiene muros grises que son rústicos pero también modernos, con plantas colgadas del techo. Tiene también arte en algunos muros afuera que dice “LA” en azul y amarillo. Cuando se entra al restaurante, hay un ambiente ligero y placentero, con muros de piedra y ladrillo; mesas de madera; sillas simples pero en dos colores brillantes, rosa y anaranjado. También tiene un bar muy bonito. El ambiente generalmente del restaurante es moderno, brillante, de moda, abierta y encantador, pero no es arrollador; es confortable: por ejemplo, muchos de los otros clientes eran solos; vinieron con un libro o sentía confortable comiendo solo.

Yo comí el “Sweet Potato Taco” y el “Hanger Steak Taco.” La presentación del “Sweet Potato Taco” fue muy agradable: los camotes eran soasados; chamuscados y crujientes por fuera, pero dulces y mullidos en el centro. Y la cubierta de salsa, queso feta, cebolletas y maíz frito creaban una bonita combinación de colores que no pude esperar a comer. La presentación era hermosa pero también desordenada, como los cebolletas caían del taco al plato y eran estiradas por todas partes. El sabor del taco fue ahumado y sabroso. El taco fue un poco largo y comencé a comerlo con un tenedor, donde lo me gustaba bien. Pero fue cuando comí el taco con mis manos y con la tortilla que recibí la experiencia total. Se nota totalmente diferente: la tortilla cuadra el sabor del camote que quizás fue un poco arrollador antes. El queso feta añade un sabor ligero que distrae al peso del camote. También había un poco tanto camote; hacia al final he sacado mucho del camote al lado de mi plancha. La salsa fue muy ahumada y mientras que comí el taco, la salsa comenzó a mezclar con el queso feta y se volvió en una salsa increíble. El sabor delicado del queso con el sabor ahumado del salsa mezclaban bien. Todo este taco fue sobre un equilibrio – entre la tortilla y el camote; entre el queso y la salsa; y finalmente entre la textura mullido del camote y el maíz crujiente. Fue mi taco favorito de los dos que comí a Guerrilla Tacos.

Después comí el “Hanger Steak Taco” que tenía queso jack, salsa de chiles, salsa de aguacate y bife. Los colores y la presentación también eran muy bonitos en este taco. No tomé una foto porque tenía tanto hambre y me olvidé. La tortilla con la blanca del queso, el marrón del bife y el verde de la salsa se juntaban para formar una bonita presentación también con el otro taco. Pero no tenía la satisfacción que había anticipado antes según la presentación de la comida. Fue difícil para comer el taco porque el bife no era bastante tierno, entonces no pude tener un bocado fácil o rápido, y este desmereció de la experiencia. Pero todo el resto del taco era sabroso – particularmente la combinación de la tortilla, el queso y la salsa de aguacate. En mi opinión, el taco sería mejor sin el bife, como un tipo de combinación solo de queso, salsa y tortilla; para mí, el bife arruinó la experiencia y terminé con mucho bife al lado de mi plato, como la había hecho con el camote. Pero, me gustaba el concepto y la mayoría de los ingredientes en el “Hanger Steak Taco.”

Me interesa mucho esa idea de autenticidad; lo he mencionado antes con la introducción de Wes Avila y Guerrilla Tacos. Profesora Portnoy descubre ese sujeto en su mismo artículo cuando menciona una entrevista con Jonathan Gold, escritor de comida legendario. Él fue preguntado sobre su opinión de la autenticidad de los restaurantes mexicano-americanos como Tito’s Tacos; él respondió que, “he did not consider these restaurants to be inauthentic. Instead, he argues that they are authentic represntations of what Mexican food has evolved into over centuries of Mexican presence in Southern California” (Portnoy). Este es verdad a Guerrilla Tacos, donde Wes Avila, un hombre nacido en Los Ángeles pero de linaje mexicano, usa su propia cultura y la mezcla con las culturas y influencias de la gente con quien vive en su comunidad y sus estudios de comida en otros países y bajo expertos. Tenía una buena experiencia a Guerrilla Tacos – ¡es un gran éxito y decididamente regresaré con mis amigas y familia pronto!

Blog #3: La comida de fusión

Esta semana, fui a la Kogi Taquería para disfrutar los tacos de Roy Choi de Kogi BBQ. Había querido a visitar Kogi después de leer la lectura de Jonathan Gold de Smithsonian.com, donde él describe la comida de Kogi como, “…edible symbols of L.A.’s famous cross-cultural inclusiveness, dripping plates of food drawn straight from the city’s recombinant DNA.” Me gusta Los Ángeles porque hay muchas culturas diferentes aquí y la comida en esta ciudad es un producto de innovación. En Minnesota, donde yo soy, hay diversidad entre la gente y las culturas, pero, en mi opinión, Los Ángeles es una ciudad única.

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El mostrador a Kogi Taqueria en Palms.

Roy Choi es de Seoul, Corea y llegó en Los Ángeles en los años 1970s cuando era niño. Roy Choi combina su herencia de la cocina coreana con su años de, “…walking the streets of Los Angeles,” (Portnoy and Pilcher). Choi ha describido su comido como, “This is what Los Angeles tastes like.” Su marca es sus tacos de pequeña costilla, en el estilo de barbacoa coreana con un condimento de cilantro-cebolla-limón y una vinagreta de chile-soja. Con su taco, Choi ha combinado los sabores de la barbacoa coreana con el taco de la cocina mexicana y los vende en una versión gentrificada de la lonchera. Hoy, Roy Choi tiene cuatro camiones de Kogi, en adición a sus restaurantes Alibi Room, A-Frame, Pot, y un restaurante de la comida de las camiones de Kogi.

 

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La entrada de Kogi y mi amiga se llama Emma.

En su artículo sobre Kogi de Jonathon Gold, y en la lectura de Portnoy y Pilcher, ellos hablan sobre la existencia de la separación de los raíces con la camión de Kogi. Oliver Wang, un profesor de CSU Long Beach, estudió las rutas de las camiones de Kogi y descubrió que estas camiones de fusión entre Corea y México evitaron barrios típicamente mexicanos como Boyle Heights en East L.A o el sur de Los Ángeles. Su revelación: los clientes generales de Kogi son Anglos y asiáticos. Las divisiones sociales todavía existen en Los Ángeles. Pienso que Roy Choi ha transformado la cultura de la “comida de la calle” en Los Ángeles con su camiones o luxe-loncheras después de la recesión financiera en los E.E. U.U. Sus contribuciones son monumentales, pero también muestran las divisiones que aún existen y el progreso que se va a realizar.  

 

En el restaurante Kogi Taquería, se ofrece los platos originales de Kogi, pero también más opciones. Todos los tacos y burritos pueden ser pedido en el estilo original de Kogi, con el condimento de cilantro, cebolla, y limón, o en la estila taquería. Pedí el combo número dos (tres tacos y una bebida) y yo pedí todos mis tacos en el estilo original de Kogi. Ser honesta, esta decisión fue un error porque no leí el menú antes de pedir. Pero, estaba alegre porque quise probar el taco original que causó a Choi la gloria.

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¡Qué rico!

Pedí dos tacos de la pequeña costilla y uno de cerdo picante. La comida fue lista rápidamente pero solo recibí tres tacos de la pequeña costilla y nunca de cerdo picante. Fue un error, pero tenía mucho hambre y estaba contenta a comer tres tacos de la pequeña costilla. Fui con tres de mis amigas, y todos probamos platos diferentes. Mi amiga pide tres tacos también, pero en el estilo de taqueria. Para pedir los tacos en este estilo, el nombres son en español. Por ejemplo, carne asada para el “short rib”, aunque el tipo de la carne es el mismo y la marinada es distinta. La guarnición es diferente para estos tacos, con salsa verde, los rábanos, y una salsa de cilantro y cebollas.

 

Me encantó mi comida – la carne era tierna y húmeda. La comida fue lista rápidamente pero en mi opinión, sentí fresca. Las dos tortillas de maíz eran crujientes pero duros al mismo tiempo y eran tibias como si acabaron de partir de la parrilla. Había mucha lechuga encima de los tacos pero yo comí cada último bocado. ¡Qué rica! Después de probar Kogi, entendí la fama y el éxito de Roy Choi.

Blog #2: ¿Como se define la autenticidad?

El concepto de la autenticidad es algo que es muy difícil para definir definitivamente porque es muy subjetivo y depende mucho en el punto de vista de la persona quien está evaluando la autenticidad de la comida. Cuando Bill Esparza habló con nuestra clase, nos dijo que él típicamente evalúa la autenticidad de un restaurante por los ingredientes y los métodos de cocinar que el restaurante se usa, y también que un restaurante generalmente es más autentica si especializa en la comida de una región. Usando esto criterio para evaluar la autenticidad de la comida en la Calle Olvera, no parece que sería muy autentica. He visitado la Calle Olvera algunas veces, pero nunca había probado la comida de Cielito Lindo antes de nuestra visita. Comí dos tamales de queso y espinaca porque no como carne y eso es la única opción vegetariana que hay en el menú. Encima de los tamales había una salsa roja y más queso. Estaba sorprendido con el tipo que queso que había dentro de los tamales; es un tipo de queso que es duro y en la forma de un cubo (parecía un poco como tofu) y también es soso. El tipo de queso encima de los tamales parece como el queso que hay en el supermercado que típicamente dice “shredded mexican” pero que no se relaciona con la comida auténticamente mexicana. También probé un churro de Mr. Churro y pensaba que estaba así así. Pienso que la comida y el ambiente de la Calle Olvera es un ejemplo de la idea de “staged authencity” que Ferrero discute en su artículo, pero que también es una representación autentica de cómo ha cambiado la comida mexicana para ser atractiva a los Anglos y de la evolución de la comida mexicana-americana. Como dice Profesora Portnoy en su artículo sobre la autenticidad, un plato o una comida puede ser autentica sin ser tradicional, y pienso que es el caso de la comida en la Calle Olvera porque es una representación autentica de la evolución de la comida mexicana en los Estados Unidos, aunque no es tradicional.

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Amanda y yo con nuestros platos (ella comió taquitos de carne)

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Cielito Lindo en la Calle Olvera y mis tamales

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Otra foto de mis tamales con mucho queso

El artículo de Ferrero habla mucho de los “foodscapes” y de las economías que desarrollan sobra las comidas étnicas, y pienso que este concepto se aplica mucho en los Estados Unidos particularmente debido al hecho de que es una nación diversa de inmigrantes. Yo siempre he vivido en ciudades donde hay una influencia latina – San Francisco y Los Ángeles – y pienso que los “foodscapes” latinos son muy evidentes en las dos ciudades y que contribuyen mucho a las culturas de las ciudades. Ferrero también habla de la distinción entre comida mexicana para consumidores mexicanos y para consumidores que no son mexicanos (podemos decir que es un ejemplo de “whitewashing”), y pienso que esta idea puede explicar las dinámicas de la Calle Olvera. Deverell discute la idea de que los empresarios en Los Ángeles se apropiaron de las tradiciones y la comida mexicana y pienso que la Calle Olvera servía como un punto de inspiración para muchas de esas situaciones. Fue el primer lugar donde los inmigrantes mexicanos trataban de atraer a consumidores Anglos, pues necesitaban servir comida que sería atractivo a eso demográfico. Ferrero también dice que “the search for authenticity through food consumption reconfigures class distinction” y esa idea me interesa mucho. Cuando leí esa, pensaba en el vecindario de la Misión en San Francisco, que ahora está en el proceso de gentrificación, posiblemente debido en parte a eso fenómeno. Yo disfruto la comida de las taquerías en la Misión y parecen autenticas a mi – pero la Misión es diferente de la Calle Olvera porque pienso que el público meta es más de un demográfico latino, y ahora las personas jóvenes quieren sentir esa autenticidad. Pero, su presencia baja la autenticidad porque ahora hay muchos restaurantes “hip” y caros, y la gentrificación también puede ser un ejemplo de “whitewashing.”

Además, fui a Tijuana el sábado con mi padre y pienso que la comida y el ambiente allí me daba un punto de comparación en términos de la autenticidad. Primero, fuimos a una calle muy turística y me sentía que la comida fue creado con consumidores no latinos en mente. Muchos de los restaurantes ofrecían platos de combinaciones, que no son típicos de la comida auténticamente mexicana, pero son típicos de la comida mexicana que está adaptada para consumidores no latinos (según el artículo de Profesora Portnoy). También el ambiente fue muy parecido a la Calle Olvera con banderas de muchos colores y tienditas. Pero cuando fuimos a una taquería más lejos de las calles turísticas, los tacos que probé fue mucho mejor con ingredientes más frescos y con sabores mucho más ricos! Las tortillas fueron muy diferentes – más finas. Esa experiencia enfatiza la idea que el concepto de la autenticidad es muy subjetivo y también muy relativo!

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Una foto de una quesadilla que comí en Tijuana, para comparación