por Mia Yanez
Los problemas en nuestro sistema alimentario se relacionan con el racismo estructural porque los “red-lining” que ocurrió en Los Ángeles separaban las comunidades por raza. En estas comunidades, el desarrollo de las tiendas, las escuelas, y las casas reflecta los prejuicios contra estos grupos. Los prejuicios continúan ciclar entre las percepciones de los residentes y sus acciones: si no hay mercados saludables para los residentes, los residentes no aprenden sobre hábitos alimentarios buenos, y si los mercados saludables abren, los residentes todavía no compran la comida saludable. El estudio en el articulo de Univisión demostró este fenómeno, cuando dijo, “[si los residentes] se mudaron a un vecindario donde las personas tengan hábitos alimentarios más saludables prácticamente no tiene impacto a corto plazo.” Un sistema de racismo continúa si no hay recursos para interferir estas practicas o educar estos residentes.
Como una residente de South L.A. (y si se ignora el USC Village), yo solo compraría mi comida en dos supermercados: Ralph’s y Smart and Final, que están cerca de mi casa. Pienso que estos supermercados son baratos, pues podríamos comprar comida saludable. Los mercados de agricultores también están cerca de mi casa, y hay solo dos: Adam/Vermont y CSU Produce Stand. No sé si estos precios son baratos, pero solo puedo comprar la comida saludable si tengo un coche. Sin embargo, los lugares que estaban más cerca (solo metros de mi casa) son comida rápida. No hay jardines para cultivar comida saludable—el solo jardín cerca de mi casa cerró en los 2000s (Granja Sur Central). Después de esta investigación, yo me di cuenta de mis opciones son limitados, especialmente si no tengo un coche. Si no tengo un coche, solo podría caminar a la comida rápida, una opción no saludable.
En esta clase, yo aprecié y disfruté la comida y la personalidad de Los Ángeles. Con nuestra guía Profesora Portnoy, yo investigué la complejidad de la cocina latina en los ingredientes, las técnicas, la inmigración, y los problemas de justicia social. Mi clase favorito fue cuando exploramos dos interpretaciones de comida latina en un día: la más tradicional manera en Sarita’s Pupuseria y la comida alta california en Guerilla Tacos. Disfruté la simplicidad de una pupusa, un plato tradicional de El Salvador, y la complejidad de las combinaciones en los tacos de Wes Avila. Mi clase favorito en relación a un tema fue la discusión de apropiación de comida. Tenemos la oportunidad para discutir con un escritor de comida sobre este tema y aprendemos de sus errores y experiencia en “colombusing.” Nunca olvidaré esta clase, pues yo siento que ahora conozco esta ciudad y los lugares más sabrosos para compartir conocimientos y comida con mis amigos. Yo se llamó Los Ángeles mi casa por cuatro años y finalmente estoy contenta con mi experiencia después esta clase. ¡Aquí son algunas fotos de mi experiencia en SPAN 385!
El burrito de Kogi BBQ Los panuchos de Chichen Itza Las pupusas de La Flor Blanca Los tacos de Mariscos Jaliscos