Lonchera El Chato: “¡Te invito a los tacos!”

Esta semana tuve el placer de visitar la lonchera El Chato que se estaciona en la famosa calle de Los Ángeles, Olympic Boulevard. La lonchera se estaciona por la tarde de martes a sábado normalmente desde la nueva de la noche hasta las tres y media de la mañana. Esta famosa lonchera que ha sido reconocida por LA Weekly como la troca de tacos número uno en la cuidad de Los  Ángeles atrae a no solamente la comunidad en la área ocupada, pero también a nuevos clientes  y nuevas generaciones que quieren probar de los tacos deliciosos y calientes.

 

Como describe Portnoy-Pilcher en su lectura, desde sus principios, las carretas de tamales que fueron los inicios de las loncheras reunieron a la comunidad. Después, las loncheras que se estacionaban en el mismo lugar para poder alimentar a los trabajadores de construcción también se convirtieron en algo constante y familiar para la comunidad.

Aunque la troca de El Chato formalmente se identifica como troca de tacos, creo que es una forma de lonchera porque se estaciona en el mismo lugar, por las mimas horas de la noche en este caso en vez del día, y venden comida a precios muy económicos para que toda gente pueda probar de la carne al pastor deliciosa.

En varias lecturas, se incluye la perspectiva de los problemas que restaurantes en particular tienen con las loncheras. Como no necesariamente pagan renta para un espacio formal, y también se salvan en ese aspecto de no pagar la cuidad en donde se estacionan, varios opinan que las loncheras no contribuyen a la comunidad. Pero, yo creo que contribuyen más allá del dinero y sus recursos. Por ejemplo, en mi visita, note que varios clientes conocían a los cocineros de la lonchera, y se decían “compadre” que indica que tienen una relación con la gente que sirven en el área. Aunque si es verdad que Tacos El Chato se estaciona en un espacio que es publico técnicamente, y convierte ese pedazo de banqueta en una cenaduría muy convenientemente, también tiene la capacidad de reunir a la gente, especialmente en un lugar donde por la noche no es una parte de la calle que uno quisiera andar si no fuera por los tacos. Es decir que las loncheras pueden ser otro par de ojos y forma de fortalecer a la comunidad y darles un poco de orgullo.

En mi visita, al principio me estacione en la gasolinera que esta al cruzar la calle de El Chato porque no había estacionamiento que creo que es una de las dificultades que pueden enfrentar las loncheras. Pero, al bajarme del caro, me dijo algo el dueño de la gasolinera y dijo que no me podía estacionar allí si solo iba para los tacos. Mi experiencia don el estacionamiento ha de ser algo que también enfrentan los dueños de las loncheras porque siempre andan batallando con la cuidad, los espacios públicos, y la regulaciones de salud que deben de seguir si quieren mantener su respetabilidad con diferentes clientes y los reguladores de la cuidad.

Como Mariscos Jalisco que visitamos en clase, se nota que las loncheras en su historia y hasta hoy en día son modos de mantener la historia y la unidad entre la comunidad viva, especialmente porque la comida nos reúne. Aunque también puede resultar difícil si no hay cambio en las loncheras, o si están compitiendo con lugares y trocas más modernas, hay mucho que decir sobre las loncheras que siguen manteniendo sus sentidos originales y aún siguen prosperando.  Creo que de aquí vienen varios de los problemas y desacuerdos que ha tenido la cuidad de Los Ángeles con las loncheras. La ciudad y la clientela siempre van cambiando, y también a comparación a los restaurantes que pagan renta y mantienen un estilo de negocio mucho más ‘estable’ en ese sentido, no es igual de fácil de recogerse y escoger otro lugar si no les funciona la primera vez.

Evidente en la comida casera y muy económica, mi cena de la lonchera El Chato fue increíble. Por una quesadilla con carne ahumada al pastor, dos bebidas refrescantes de horchata, y cinco tacos bien arreglados con su salsa verde y roja, cebolla y cilantro solo pague once dólares. Con cebollitas asadas, y limones frescos, los tacos de doble tortilla blanditos supieron perfectos, pero más allá de la comida fue la experiencia de conocer a la gente que esperaba su comida, disfrutar de la novela en la televisión adentro de la lonchera, y comerme los tacos parada recién hechos y calientitos casi directamente del comal.

2 respuestas a “Lonchera El Chato: “¡Te invito a los tacos!”

  1. Maggie Deagon

    Olivia, me interesa mucho tu punto sobre las loncheras como “otro par de ojos” para guardar la calle. Estoy de acuerdo que esto es una buena razón para apoyar a las loncheras. Me parece que comer en las loncheras es más una experiencia que simplemente alguna comida. Tu blog me inspira a comer en loncheras más para tener una experiencia de conocer personas nuevas durante horas impares.

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